viernes, 6 de enero de 2017

Folclor difuso

El reconocimiento del folclor parece una cuestión difusa, y así lo entendí por un tiempo. Que las chinas con los huasos bailando cueca y los curados de las ramadas me hablaban de las costumbres de nuestra nación. Pero como ya he escrito, eso es una visión que no representa el sentido de nuestro patrimonio intangible, de nuestras tradiciones, de nuestro folclor. Estuve reflexionando sobre una composición que realicé sobre un hecho que consideré parte de nuestra tradición más sensible, que es el ritual de la muerte en los caminos. Es un tema difícil de abordar, pero que en sí es una expresión sincera y única sobre la manera que tenemos de recordar la pérdida de un ser amado, poniendo aquel dolor en una grutita puesta donde mismo sucedió aquella tragedia. Lo vi de esta manera:


A la orilla de la calle
Ha quedado ese dolor
A la vista de quien pare
Y su historia la sufrió.

Es recuerdo del camino
Ya de muchos que no están
Sufrimiento compartido
Le construyen un altar.

Flores secas, polvorosas,
Que acompañan en la pena
Aguantándole hasta el sol,
Donde el tiempo, no ha cedido
Que junto con la memoria
Se ha llevado su color.

Animita, animita
Que descansa en la luz
De las velas de la vida
Coronadas con la cruz.

Ya muy pronto pasaré
Para nunca olvidar
Lo que vimos florecer
Algún día no estará.

Flores secas, polvorosas,
Que acompañan en la pena
Aguantándole hasta el sol,
Donde el tiempo, no ha cedido
Que junto con la memoria
Se ha llevado su color.



Esta composición fue realizada en ritmo de vals y rasgueada en guitarra traspuesta, con una entonación parecida al canto campesino. La pregunta y la reflexión que vengo a exponer es; esta canción, ¿es parte de nuestro folclor? La respuesta es sencilla…NO LO ES. Es así de simple y de tajante. Es bueno que lo aclaremos, porque esta reflexión puede ser proyectada a otras dudas en este sentido. El folclor es aquel conocimiento continuo que ha sido parte de un pueblo y que lo ve reflejado a través de distintas expresiones para volverse finalmente en algo tradicional, propio y distinto de los demás, es así que el folclor es respuesta de nuestra identidad. El ejemplo que muestro sobre esta composición, es eso, una simple composición, que toma expresiones tradicionales de rimas, versificación, ritmos, entonación, etc. Pero eso sí, expresa un hecho folclórico. Ahora, en este entendido, ¿por qué no es folclor? Porque, como composición, no forma parte del conocimiento continuo que ha sido parte de un pueblo en el tiempo. Entonces, no confundir con aquellas composiciones de las cuales no conocemos a sus autores por ser antiguas, y que fueron traídas y asumidas por un pueblo, que en su espontánea expresión con sentido, desean mantenerla. Gran parte de nuestro folclor musical ha sido traído a nuestras tierras a partir de la colonización europea, trayendo bailes y cantos que fueron aprendidos y sufrieron transformaciones en el tiempo (folclorización) asumiéndose como propio y característico. Siendo ésta solamente una expresión, es que al entender su proceso, y conocer su sentido, es que se confirma la visión de un pueblo, se llega a entender por qué se identifican de cierta manera, que es el valor esencial de estudiar nuestro folclor y preservar sin distorsiones lo auténtico, para que el futuro se sienta reconocido de su pasado. Ese, a mi criterio, es el principal valor que podemos entender y reflexionar sobre el folclor.

José Gutiérrez

martes, 4 de octubre de 2016

Violeta Parra, en su natalicio

Árbol de la Vida - Violeta Parra

Es indudable el inmenso legado de Violeta Parra, a parte de ser una mujer completa en cuanto a sus expresiones y reflejo de las tradiciones del pueblo, las letras de sus composiciones merece una detención para comprender, apreciar y disfrutar su genio, aquí brevemente explicado por Ignacio Valiente:

"El folclore al que adscribe Violeta Parra es otro, más subterráneo y profundo, más ligado a las verdaderas raíces del pueblo y, por supuesto, más arraigado a ese fenómeno cultural maravilloso que es la auténtica poesía popular, simple, ingeniosa, mágica, heredera de tradiciones antiquísimas que se remontan, según algunos, nada menos que a la poesía de los trovadores provenzales de hace tantos siglos.
Cuando se sufre el cansancio o el hastío de la poesía culta -fenómeno frecuente entre sus más asiduos lectores o incluso creadores-, resulta una experiencia refrescante leer estos textos esencialmente ingenuos, puros, ajenos a todo efectismo, sencillos y fuertes como todo lo que proviene de veras del genio del idioma, de la casi anónima creatividad popular: "Volver a los diecisiete / después de vivir un siglo / es como descifrar signo / sin ser sabio competente, / volver a ser de repente / tan frágil como un segundo / volver a sentir profundo / como un niño frente a Dios / eso es lo que siento yo / en este instante fecundo". Y más adelante en la misma canción (sirilla): "El amor es torbellino / de pureza original, / hasta el feroz animal / susurra su dulce trino, / detiene a los peregrinos, / libera a los prisioneros, / el amor con sus esmeros / al viejo lo vuelve niño / y al malo sólo el cariño / lo vuelve puro y sincero"".

*Texto extraído de Memoria Chilena, de la colección Quinto Centenario, Santiago, 1992, sitio web http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0019152.pdf



jueves, 8 de septiembre de 2016

El Hombre Imaginario de Nicanor Parra, recordando sus 102 años de vida















El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario





de Hojas de parra (Santiago, Ganímedes, 1985)

http://www.nicanorparra.uchile.cl/antologia/hojas/imaginario.html

lunes, 5 de septiembre de 2016

Vino Pipeño

El pipeño, vino guardado en pipas 
Testimonio de Manuel Humberto Moraga Gutiérrez

El nombre pipeño encuentra su origen en los años de la Conquista. Traído por los jesuitas, surgió durante los primeros tiempos en que los españoles se asentaron en Chile. A Yumbel, fundado en 1585, arribaron muchos españoles en busca de oro, pues sus tierras eran muy fértiles y llenas de oportunidades. Con ellos llegó el primer Gutiérrez, que interactuó con los locales y fue un personaje destacado en la zona, lo que le valió el apodo de “Cacique Maravilla”. Francisco Gutiérrez Gutiérrez, proveniente de Canarias, se asentó en el secano de Santa Lucía de Yumbel alrededor de 1760. Gran buscador de oro, tuvo mucho éxito y en una de las refundaciones de Yumbel estableció una viña con cepas traídas desde Europa, tales como moscatel de Alejandría, listán prieto (hoy país), cot de Burdeos (malbec) y corinto. Más tarde, esta plantación de vides se inscribió en Chile, y fue la viña N° 33 registrada. Las parras de cepa país de la Viña 33 de Yumbel superan los 250 años de vida, con lo que se constituye en uno de los viñedos más antiguos de Chile. Estas vides sobreviven sin irrigación humana y solo son azufradas para evitar el oídio en las temporadas de mucha humedad. La familia Gutiérrez ha mantenido durante casi tres siglos su cultura rústica en la elaboración del vino de cepa país, la cepa más antigua en Chile y que aún se encuentra intacta, sin la intervención de agroquímicos contaminantes, sin riego y con levaduras naturales de las uvas. El vino pipeño, hecho con varias cepas, es entonces más que una cepa una forma de hacer vino. Hoy se hace tal como en esa época, vía maceración, fermentado a lagar abierto, con levaduras salvajes y después decantado. Eso es vino pipeño. El último terremoto de febrero de 2010 terminó de destruir las bodegas de adobe, tan viejas como las viñas, además de las pipas, las máquinas de refregar, de mostear y las cubas de guarda. Toda la región usaba esas instalaciones, contaminadas por tantos años de uso y de tradiciones, en general con pocas o ninguna técnica de higiene en la vinificación. Así como lo destruido dejó de usarse, también hubo gente que, como yo, mejor instruida en la vinificación y cuidando los procesos pero  conservando la forma tradicional de hacer vino, comenzó a usar materiales más modernos, lo que mejoró el vino, y vaya que lo hizo. Eso atrajo a connotados críticos del vino chileno y a público que recuperó esta tradición (antiguamente era lo único que se bebía en Chile). Luego la industria puso cajas (cartoner), procesos de conservación y también falsificadores de vinos, con lo que el pipeño prácticamente desapareció. Nadie hizo vino, ya que era anticomercial. La uva se vendió a las grandes industrias, que abastecieron y cambiaron los sabores de la tierra y las tradiciones casi murieron. Hoy la forma sigue y seguirá siendo la misma, la tradición y los ancestros están cada día en la viña y en el campo; son sabores únicos y los conservaré como tales. Esa es mi misión, como la cepa “misión”. El pipeño, que es corazón y pasión en cada rincón del sur chileno, del Itata y el Biobío, aún conserva secretos y terroirs únicos en Chile y para Chile.

* Patrimonio Vitivinícola, Aproximaciones a la Cultura del vino en Chile. Ediciones Biblioteca Nacional, 2015. Pág. 45

viernes, 9 de octubre de 2015

Romance a Curicó de Edmundo Márquez Bretón

"Empecé siendo un convento"
Empecé siendo un convento
De Tutuquén en el prado
El ombligo de la Isla de Curicó
Que llamaron.
La Virgen de la Velilla
Alumbró mi sueño largo
Y bueno frailes franciscanos
En su cedro me engendraron.
Don Manuel Díaz Fernández
-recio caballero hispano-
Donó mis primeros muros
Con largueza de un hidalgo.
Loicas y Tencas entonan
Lo nuevos bíblicos salmos
En las haciendas vecinas
Entre trigales y prados.
“Buena Vista” me decían
Recoleto campo llano
Cuatro casonas de adobe
Esa ese frágil poblado
Año mil setecientos
Del cuarenta y tres entrado
En el convento se hospeda
Velasco Don José Manso.
A mayor gloria de Dios
Y de su rey soberano
De mi nacimiento extiende
El primer certificado.
No hubo salva de cañones
Pero si tierras donaron
Doña Mónica Donoso,
Solorza Alférez Hispano.
Como villa me codeo
Con otras que se crearon
Por el prolífico Conde
Por su prez y por su rango.
Mas las frías “Aguas Negras”
A mi salud quebrantaron
Debí mudarme de casa
De un cerro tras el amparo.
“Romances de San José de Buena Vista de Curicó” de Edmundo Márquez Bretón, investigación y Compilación por Rodolfo de los Reyes Recabarren, 2009.

martes, 4 de agosto de 2015

"La Maestra Margot Loyola"



"Cómo quisiera estar yo a la altura de las cantoras..."

Margot Loyola







La difusión del folclor chileno ha sido para Margot Loyola un trabajo de múltiples vías de expresión, al que ha dedicado su vida entera. En la búsqueda, difusión e interpretación de nuestras canciones y bailes típicos -tanto de modo solista como junto a los grupos Las Hermanas Loyola, Cuncumén y Palomar-, ha legado a la cultura nacional una valiosa colección de discos, libros y videos, que describen con espíritu didáctico el rico panorama de la música tradicional chilena. Ritmos como la tonada, la cueca, la música pascuense y mapuche, refalosas, corridos y zamacuecas, tanto en canciones de su autoría, como de compositores clásicos o recopiladas por ella misma en terreno, componen el patrimonio que Margot Loyola se ha empeñado en rescatar y transmitir a lo largo de más de ochenta años.


Ya a los ocho años de edad, Margot Loyola Palacios -hija de un comerciante y de una dueña de casa de Linares- tomaba clases de piano en esa ciudad sureña y, un año más tarde, comenzaba a cantar. Su relación con la guitarra fue también temprana. Antes de terminar el Bachillerato, cuando la separación de sus padres la obligaba a moverse entre Santiago y Curacaví, destacaba en un dúo formado junto a su hermana Estela, Las Hermanas Loyola.


De a poco fue ganando fuerza en sus inquietudes la búsqueda de nuevas claves en la fuente misma del folclor chileno. Así, viajes a las localidades de Alhué, Pomaire y Colliguay la iniciaron en su veta de investigadora, labor trascendental que ha desarrollado casi sin interrupciones desde 1936. En casas de canto y fiestas de rodeo del Valle Central, caseríos del desierto nortino y en los parajes lejanos de Isla de Pascua, Margot Loyola ha penetrado en el sentir auténtico y sin formalidades de nuestros más puros creadores. Su propia creación y entusiasmo se han visto transformados fruto de esos encuentros personales con cantoras y autores anónimos.


Inicialmente, se dedicó a la investigación en paralelo al trabajo con Las Hermanas Loyola, grupo cuya fama alcanzó la cumbre durante los años cuarenta, cuando el dúo se integró a la colección discográficaAires tradicionales y folclóricos de Chile, coordinada por el investigador Carlos Isamitt. También durante esa década, un contacto del entonces rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández, permitió a Loyola debutar como docente en las Escuelas de Temporada anuales. Su prestigio como maestra -validado por el nacimiento, a su alero, de conjuntos como Cuncumén y Millaray- fue relegando progresivamente su trabajo junto a Estela a un segundo plano, hasta su separación artística definitiva en 1950. Ya en forma independiente, la folclorista emprendió sus primeros viajes por Latinoamérica y Europa.


Su encuentro con el folclorista Osvaldo Cádiz la motivó a formar en el año 1962 el conjunto Palomar. Su labor se vio truncada por única vez con el golpe de Estado de 1973, poco después de editar Canciones del 900 (1972), disco en colaboración con Luis Advis. Recién en 1975 la folclorista pudo comenzar a retomar su antiguo ritmo de trabajo, encontrando en el programa televisivo "Chilenazo" un inesperado lugar de acogida, que le permitió reanudar lo que había quedado interrumpido en "Recorriendo Chile", su primer espacio en Televisión Nacional. Su rostro se fue haciendo familiar para la teleaudiencia chilena y su nombre quedó inscrito para siempre como el de una figura mayor de nuestra música. Fue por eso completamente natural que Loyola recibiera en 1994 el Premio Nacional de Artes Musicales.


Desde 1972 se desempeño como académica de la Universidad Católica de Valparaíso, donde impartió la cátedra de folclor y etnomúsica, hasta su muerte, el 3 de agosto de 2015.


Sus publicaciones incluyen los libros Bailes de tierra (1980), El cachimbo (1994) y La tonada. Testimonios para el futuro (2006); además de los videos Danzas tradicionales de Chile (1994), La zamacueca (1999) yLos del Estribo, cantos y danzas populares de Chile (2001).






Información extraída del sitio web http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3596.html

jueves, 14 de mayo de 2015

La Cueca Larga de Curicó 2015


Por tercera vez se realizará "La Cueca Larga de Curicó". Este sábado 16 de mayo desde las 15 horas en el Gimnasio La Granja de Curicó, se presentarán 16 conjuntos folclóricos cantando cuecas sin parar.

jueves, 30 de abril de 2015

El folclor, lo folclórico y el folclorista

“El folclor, lo folclórico y el folclorista” (José Gutiérrez, 2015)

En muchas ocasiones, el lenguaje de alguna forma nos traiciona, he pensado en el cuidado de las palabras, porque a veces se arma una confusión que más bien entorpece el entendimiento en vez de fundamentarlo. En conversaciones y reflexiones, me aparecieron estas tres preguntas; el folclor, lo folclórico y el folclorista. Creo tener una respuesta en base a poder diferenciarlos.

Anteriormente ya he ahondado en lo qué me parece reconocer como folclor, aunque quisiera defender con mucha mayor claridad esta postura. Usando las palabras de Patricia Chavarría, comparto que el folclor es el conjunto de respuestas estéticas, espirituales, prácticas de la humanidad, que se han mantenido durante el tiempo, y que por lo tanto son parte de nuestra tradición cultural (1). Cuando nos imaginamos el folclor, es recurrente que siempre venga a nuestra memoria lo rural, lo campesino. Tampoco es trivial que así lo imaginemos. Cuando buscamos estas respuestas que se han mantenido durante el tiempo, vamos a buscar inevitablemente el origen, y el origen de nuestras razones se fundamenta en necesidades, en lo mínimo y en lo esencial para vivir, por eso lo relacionamos al campo, es la tierra nuestra base y sustento de la vida. Sin embargo, la historia de la humanidad no se limita solo a la tierra, somos una sociedad cambiante y deseosa por cambiar. La humanidad es curiosa y siempre querrá conocer más allá de sus límites. Reconociendo eso, podemos acordar que la gente también decidió salir de los campos y construir ciudades, vivir con otras necesidades y otras realidades, y entonces también ha tenido otras respuestas que ha mantenido durante el tiempo, donde el dinero, el poder y la conquista han influido profundamente en nuestra sociedad, sobretodo nuestra sociedad latinoamericana. Quiero decir con esto, que el folclor no solo es la imagen del campesino arando la tierra, también lo puede ser el obrero de la construcción que trabaja en los edificios más altos de la ciudad, o la dueña de casa que tiene sus plantas en maceteros, porque ya no tiene mucho terreno en la población donde vive. Lo importante de entender esto, es que el folclor es el “saber del pueblo” (2) y es parte de una tradición cultural, es el valor de reconocernos, de identificarnos ante los demás, es por lejos nuestro Patrimonio Intangible.

Anoto lo folclórico, porque me parece adecuado usar este término que también es parte del lenguaje de los grupos. Tanto los conjuntos, los ballet, los grupos de baile, de danza, coros, intérpretes y demás. Son parte de una representación que observa, toma y muestra hechos, situaciones y pensamientos del folclor, o en algunas ocasiones reconocidos como “proyección folclórica” (3).  Aquellos que han apostado por lo folclórico, son aquellos que consideran que existe un valor en nuestras tradiciones, y que por lo tanto deben ser expresadas de alguna manera, dependiendo del lenguaje con el que cada uno estime correcto. Sin embargo, de ninguna forma debemos reconocerlo como folclor, porque de ser así, llegaríamos a pensar que lo que ellos nos muestran pueden reemplazar nuestras tradiciones. Considero que los grupos folclóricos son un aporte valioso para mantener la cuestión del folclor siempre como una preocupación de nuestra identidad, pero que en su expresión no va el contexto, ni la necesidad, ni la espiritualidad de las realidades que se intentan exponer. Dependiendo de la responsabilidad, del trabajo de investigación y muchas otras tareas concernientes, se logra este acercamiento al folclor, aunque creo que debe referirse a ellos por cosas separadas, donde lo folclórico dependerá siempre del folclor, y nunca debe alejarse de la visión original, porque si continuamos distorsionando estas expresiones, las futuras generaciones usarán las bases de expresiones deformadas y superficiales, ya que no tienen el sentido a las respuestas que ha mantenido la humanidad durante el tiempo, nuestro conocimiento.

Entrando al ámbito del folclorista, pienso que muchas veces sólo lo limitan a la persona que interpreta las expresiones folclóricas. Espero dar aquí una característica más reflexiva y acabada del folclorista. Considero que no solo es un intérprete, sino que además debe tener la prolijidad de un investigador. Pienso que primeramente es aquella persona que toma conciencia del valor por lo propio y característico de nuestro pueblo, y que luego en su afán por difundir ese valor, es capaz de encontrar, crear y manifestar las expresiones de un lenguaje para que pueda ser reconocido por todos. No resulta tan sencilla esta labor, cargan con una tremenda responsabilidad, por eso quiero ser bien estricto en el uso de esta palabra, porque se debe reconocer este trabajo y se debe diferenciar de los falsos folcloristas, donde lamentablemente proliferan gracias al respaldo de varias autoridades, que tienden a confundir  a la gente llenando de escenarios de conocimiento vacío, reconociendo siempre que el espectáculo es el verdadero valor que debemos preservar. Es fácil ensuciar nuestro patrimonio, cuando el objetivo de su valor es la recaudación de dineros. Hay muchos folcloristas, investigadores y profesores trabajando con seriedad y sabiendo que su labor debe ser lo más apegada a la realidad, porque de ellos dependerá el que siga continua nuestra cadena de conocimiento, muchos de ellos han realizado sus labores de forma silenciosa, y en pocas ocasiones con el apoyo de nuestras instituciones. Espero con esto manifestar mi preocupación e invitación a que todos seamos consientes de nuestras realidades, la riqueza de nosotros mismos está en nosotros mismos, y a diferencia de muchas otras profesiones, esta es exclusiva del pueblo.

(1)    Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Patricia Chavarría el día 18 de octubre de 2014. Es directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero, la entrevista se realizó en Concepción.
(2)     "Programa de la Sociedad de Folklore Chileno", Rodolfo Lenz, 1909, pág. 9.
(3)    "Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17.

martes, 30 de diciembre de 2014

Las Peñas Folklóricas ¿Negocio o Difusión?


"Hicimos un recorrido para encontrar respuestas a la interrogante. Fuimos a la Peña de los Parra, Chile Ríe y Canta, y el alero de los De Ramón.

En las dos primeras hay folklore comprometido, donde las canciones muestran las marchas del proceso chileno. En la tercera el público lo "pasa bien" y los folkloristas ganan buen dinero.

Los Parra tienen difusión cultural a todo nivel. Ellos les dan oportunidad a pequeños artesanos para vender a mejor precio sus productos. También dictan clases de folklore."

Escribe Pablo Aguilera

Información extraída de la revista juvenil quincenal  "Onda", encontrada en el sitio web de Memoria Chilena, http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0019300.pdf

martes, 25 de noviembre de 2014

Entonces ¿qué es el folclor?

“Entonces ¿qué es el folclor?” (José Gutiérrez)


Marianella Prado nos dijo,” para mí el folclor es esto, todo lo que hacemos, yo hago folclor todo el día, toda mi vida es folclor, estoy cocinando, estoy prendiendo el fuego, todo es folclor, todo lo que se rescata de lo nuestro, nuestra vivencia diaria es folclor” (1). Según Patricia Chavarría eliminó la palabra folclor, por ser una palabra demasiado manoseada y mal utilizada, prefiere referirse a ello como cultura tradicional o patrimonio intangible, comenta que a través de la historia de la humanidad, este va adquiriendo experiencias que dan respuesta a sus interrogantes, que son respuestas estéticas, espirituales, prácticas, y esas respuestas que se han mantenido a través de la historia son la tradición (2). Don Pedro Valdés dijo “lo más hermoso es sacarle la información a las personas, a los antiguos, o si no se mueren y se guardan la información…el folclor se transmite de padre a hijo o de generación en generación” (3).

Si algo podemos quedar de acuerdo es que el folclor es lo mismo que el pueblo, lo que somos y lo que fuimos. Es indiscutible que cuando nos referimos a folclor es porque queremos expresar algo propio de nosotros mismos, que tiene sentido dada las razones que se fueron argumentando con el tiempo. Si depuramos mucho más el significado podremos acordar que todo se enmarca en dar respuesta a una necesidad, pero ¿qué es lo valioso? Que en esas respuestas surgen las experiencias y que de manera espontánea se traspasan por generaciones.Entonces…podemos darle sentido a nuestra manera de hablar, a la manera de tomar el tenedor para comer, a la manera de mirar el cielo, a la manera de conversar sobre lo que nos preocupa, a la manera de compartir con nuestra familia. Pero si decimos que el folclor son las experiencias de un pueblo, estamos diciendo que dependerá de la experiencia, y si cada pueblo, cada persona tiene una experiencia distinta ¿podemos definir cuál es nuestro folclor? Quizás para lograr ello debemos reunir todas las experiencias, cosa que sería imposible, entonces el folclor tendrá características distintas dependiendo de quién lo mire, no existe una verdad absoluta, solo podremos hablar de aquello que conocemos, de nuestras propias experiencias.

 Y ¿qué son los conjuntos folclóricos?

Estando hace varios años integrando un conjunto folclórico he tratado de darle sentido. Tal vez haya que rebuscar la historia para entenderlo. Como se tiene registro uno de los primeros conjuntos folclóricos es Cuncumén fundado en la década del 50, al alero de grandes folcloristas como Violeta Parra y Margot Loyola. Ellos mismos manifiestan que Cuncumén “es un conjunto de proyección folklórica dedicado a la recopilación, estudio y difusión de los cantos y danzas de la región central de Chile. En la proyección de los cantos y danzas de la tradición, conserva el fondo pero modela la forma, dando paso así a la creación y, al mismo tiempo, respetando la raíz” (4). Antes de que aparecieran los conjuntos ¿qué había? Habían cantoras, dúos, que exponían su canto en las tradiciones campesinas, sin embargo, no hay que olvidar los cuartetos, que nacieron previo a los conjuntos folclóricos. El primero de ellos son los Huasos Chincolco, formados en la década del 20. “El nacimiento de este conjunto tiene que ver más con necesidades de espectáculos que con la búsqueda de expresiones folclóricas. En los años '20, según explica el musicólogo Juan Pablo González en Historia social de la música popular en Chile, Santiago era "una ciudad de medio millón de habitantes, muchos de ellos inmigrantes provincianos y campesinos, que constituían un mercado potencial para la música campesina en la ciudad". Para ellos, sin embargo, no existía forma de ver o escuchar cuecas y tonadas. Ante esa carencia, en 1922 surgieron Los Huasos de Chincolco, que tomaron su nombre de una localidad al interior del valle del Aconcagua” (5). Es aquí donde se manifiesta el folclor como espectáculo, donde toman el mismo repertorio de las cantoras campesinas para llevarlo a escena basados en la indumentaria huasa, aclarando eso sí, que ellos no lo eran.

¿Por qué son necesarios los conjuntos folclóricos? ¿Qué se pierde si desaparecen?

A esta discusión hay que sumarle el hecho de que como sociedad hemos cambiado nuestras necesidades y que cada vez son necesidades globalizadas, con ello se ha sufrido bruscamente el traspaso de las experiencias. Siempre fueron nuestros padres quienes nos daban las herramientas para enfrentarnos al mundo, hoy son los hijos quienes deben enseñar a sus padres para adaptarse a estos cambios. Muchas de las tradiciones fueron perdiendo el sentido, porque los problemas son otros, aunque el problema no son los problemas. El problema es que se está dando la misma solución para todos, y ¿qué pasa con eso? Comienza a debilitarse nuestra identidad, cada vez nos parecemos más, y la riqueza de nuestro folclor es la diversidad, la diferencia, lo propio.

Entonces aparecen los conjuntos folclóricos para poner en valor aquello que es nuestro, como escuelas del conocimiento informal basados en las experiencias del pueblo. Capaces de unirse para salir a buscar la riqueza de ese conocimiento y poder enseñarlo para que de esta manera, no se quiebre la cadena de sabiduría que traspasan los pueblos a través de generaciones.

Ahora bien ¿de qué manera se realiza esa búsqueda y esa enseñanza para darla a conocer?

“Todas las acepciones todas las tareas concernientes al folclore emanan de una percepción e interpretación de una realidad: de la cultura folclórica, que en oportunidades anteriores el autor ha denominado folklore-vida (Dannemann, 1975, p.24). Ella está compuesta por conductas habituales que funcionalmente efectúan personas de todos los grupos humanos como muy propias de éstos, no para exhibirlas ante un público si no que para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales en su ambiente, siguiendo tradiciones muy representativas de su identidad…La proyección, en un sentido estricto, se circunscribe a la difusión, a la mostración  de expresiones folclóricas, casi siempre coreográficas y musicales con o sin  complementación escenográfica, por parte de una o más personas, lo que en alguna  medida podría considerarse imitación de la cultura folclórica hecha con mayor o menor acierto…Aquí es oportuno diferenciar entre el cultor y el llamado interprete: el primero vive el folclore como un elemento de su tradición cultural, de su realidad de ser; en cambio, el segundo lo utiliza desde un propósito de placer anímico hasta un fin de lucro, para presentarlo a un público que, por lo común, piensa que el folclore es algo curioso, pintoresco, quizás ingenuo o trivial.”(6)

Este extracto de la Enciclopedia del Folclore de Manuel Dannemann, nos muestra la diferencia y lo cuidadoso que hay que ser al momento de querer entregar folclor. Para mí esta diferencia la pude ver con Mauricia Saavedra, cantora campesina de Sagrada Familia, quien junto a Chincolito de Rauco y Jorge Castro compartieron el canto a lo divino en un escenario. Ellos constantemente realizan vigilias para cantarle a la fe espiritual y enlazar lo trascendental con lo terrenal, buscando las fechas religiosas que responden a esa necesidad, y como un rito lo comparten con todos aquellos que estén interesados, y en esta oportunidad eligieron una fecha especial y realizarlo en un escenario, haciendo lo mismo que hacen cuando se juntan en alguna casa o en alguna capilla para cantar a lo divino. Se rogó no aplaudir y respetar con el silencio, además todo estaba cargado del simbolismo, siendo cautos en poner lo esencial, solo lo que necesitaban para realizar esta costumbre. En esta muestra se pudo convivir con aquella tradición, que dejó de lado el sentido de espectáculo. No importaba si al público le gustaba o no, ellos querían únicamente compartir esa necesidad espiritual, que por lo demás tiene una tradición de siglos. Entonces, podemos acordar que lo que se expuso fue folclor, porque no estaban representando a nadie, ellos mismos se mostraban, además si eso mismo se realizara en cualquier fecha hubiera perdido el contexto y el sentido, porque dejaría de ser necesario. Cosa distinta es la proyección folclórica, que dada estas reflexiones no nos muestra folclor, y en eso hay que ser claros y francos, ya que muchas veces nosotros mismos nos engañamos argumentando que por el simple hecho de ponernos un traje de huaso estamos dando a conocer el folclor. Hay que ser responsables en estos términos para no entregar de manera equivocada el conocimiento, porque el que los conjuntos folclóricos se expongan en un escenario les da un carácter público, una herramienta potente para llegar al pueblo. Aclaro que no estoy en desacuerdo con la proyección folclórica, al contrario, es fundamental que se exponga, pero argumentando que no exponen folclor, ponen en valor hechos folclóricos que al ser llevados al escenario toman lo esencial, pero de ninguna forma reemplazan las tradiciones, es una manera muy didáctica de enseñar reconociendo que el contexto y las necesidades fueron cambiados.

¿Hay más maneras de enseñar folclor?

Por naturaleza el folclor es transmitido dentro de nuestras familias, sin embargo, esta actitud resulta inconsciente dentro de nuestras vidas, porque lo consideramos común y cotidiano. Aparecen entonces los estudiosos del folclor, que por el simple hecho de tomar consciencia que existe un valor en algo que se haya reconocido como propio, podemos denominarlo un folclorista, claro que cada uno deberá definirse en qué medida logra aportar más a este registro del conocimiento. Entonces, hay varias de maneras de enseñar folclor, como los mismos folcloristas, que pueden abordar la cuestión desde cualquier medio que se les sea posible imaginar, y cabe preguntarse si ellos también están presentes en los conjuntos folclóricos. Para mí cada persona que haya aceptado de manera consciente integrar un conjunto folclórico, es porque asume una responsabilidad de folclorista, capaz de cuestionarse y siempre luchar por poner en valor lo nuestro. Creo que no existe un esquema de enseñanza para entregar folclor, no hay un listado de cosas que deban cumplir los conjuntos folclóricos para desenvolverse. Como lo vimos los conjuntos nacen como una respuesta de folcloristas, el conjunto folclórico en sí no es folclor, es un medio y una visión de querer difundirlo. Los conjuntos son recientes si lo comparamos a nuestra vida republicana.

En nuestro conjunto, ante esta disyuntiva de cómo expresarnos, sin ser inconsecuentes con esta reflexión, hemos optado por la libertad informada, quizás por ser más jóvenes tendremos una lucha constante con aquellos folcloristas antiguos que indican que las cosas deben hacerse a la manera que ellos vivieron, claro, nadie puede contradecirlos, es su manera de ser y son sus experiencias, respetadas y valoradas, pero que no hablan de mí, tampoco de mis experiencias. Cada persona puede aportar con su propia realidad, porque esa realidad también posee un fondo y una razón que lo argumenta según sus propias tradiciones, nosotros decidimos tomar eso y exponerlo.

 ¿Cómo?

Hemos establecido ponernos como objetivo cultivar el folclor a partir de la investigación de la raíz, la difusión de nuestras costumbres y la innovación de la música con creaciones propias. Aquello también reflejado en nuestra manera de vestir. Quisimos sacarnos la carga de representar a un campesino, sin ser parte de esa experiencia, la mayoría de nosotros hemos crecido en la ciudad, nos resultaba ilógico querer mostrar algo que no nos identifica y no darnos cuenta que nosotros mismos poseemos una riqueza que también tiene el derecho de ponerse en valor, por eso decidimos sacarnos los uniformes, pero que cada uno pueda ir bien vestido, usando nuestra mejor vestimenta. Así también queremos reconocer la versatilidad como un valor de la diversidad, que además funciona como incentivo cultural, respetamos nuestras tradiciones, pero rechazamos las mentalidades conservadoras. No estamos de acuerdo en que el folclor se muestre como una pieza de museo, consideramos que el folclor es vivo y cambiante, porque nosotros mismos cambiamos. Muchas veces nos cuesta reconocer esta situación, sin embargo, lo que muchos establecen como folclor auténtico de nuestra patria en un tiempo no lo fue. Como el baile de la Sajuriana, “según José Zapiola, la sajuriana llegó a Chile desde Cuyo traída por el Ejército Libertador, en 1817. Conocida también como secudiana, sejuriana o sajuria, obtuvo popularidad hacia 1840, pasando de salones aristocráticos, en sus inicios, a chinganas, centros mineros y campesinos” (7). Las autoridades independentistas consideraron en aquel entonces que Chile no poseía identidad folclórica y era necesario traer desde varias partes estos bailes, y desde entonces aquellos cantos y danzas pasan por un proceso de folclorización (8),  donde son reconocidas con el tiempo como parte del folclor chileno. Es imposible querer luchar contra estos procesos de cambio y adaptación, son variados los ritmos musicales y danzas que se han impregnado en nuestra sociedad. No queremos decir que debemos mostrar de todo, por lo mismo propusimos como objetivo cultivar el folclor a partir de la investigación de la raíz. Hay que saber lo que hacemos.

En cuanto a la innovación de la música con creaciones propias, lo propusimos primero como un método de aprendizaje para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Segundo para dejar huella de nuestras experiencias, preocupaciones y necesidades, y con eso, traspasar nuestros conocimientos a las generaciones futuras. Por último, incentivar las artes para enriquecer nuestra cultura, que es la que nos permite pensar, reflexionar y mostrarnos como individuos dentro de una sociedad. Queremos dejar siempre abierta la posibilidad de seguir argumentando nuestra postura, porque nunca terminaremos de entenderlo todo, tampoco es nuestro objetivo final, sino más bien disfrutar de aquel proceso.



(1) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen al Dúo Rosa Colorada el día 1 de junio de 2014. El dúo se compone por Marianella Prado y Alejandro Faúndez, la entrevista se realizó en su casa ubicada en la cuesta Colorada comuna de Hualañe.
(2) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Patricia Chavarría el día 18 de octubre de 2014. Es directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero, la entrevista se realizó en Concepción.
(3) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Pedro Valdés, trabajo presentado en el Centro de Extensión UCM Curicó con el título “Conjunto Kiñewen y sus cultores” noviembre 2012.
(4) Información extraída de la página del Conjunto Cuncumén, www.cuncumen.scd.cl, cuya cita se toma de su biografía.
(5) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, Huasos Chincolco.
(6) "Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17
(7) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, La Sajuriana.
(8) Folclorización, el proceso del folclor chileno es dinámico. A lo largo de la historia ha ido asumiendo distintas manifestaciones de otras tierras, haciéndolas suyas e incorporándolas a la tradición. Si se es riguroso, la única música propia a nuestro territorio, es aquella interpretada por los pueblos originarios. Toda la otra música chilena ha sido adquirida, folclorizada. Información extraída de la página web Memoria Chilena, www.memoriachilena.cl.



martes, 2 de septiembre de 2014

Los Tijerales Conjunto Kiñewen


El Conjunto Folclórico Kiñewen en esta oportunidad hace gala de una tradición arraigada en el colectivo. La fiesta de los tijerales es por excelencia una manifestación chilena que se muestra en las clases más populares. El sentido de agradecimiento, la búsqueda de buen augurio y prosperidad, además la alegría de materializar el sueño de la casa, se hacen presente en esta expresión de folclor que va adquiriendo matices propios en cada persona que lo celebra. A través de nuestro canto, exploraremos diferentes aristas de cómo se logra y se desarrolla esta celebración, buscando resaltar desde la perspectiva propia, un hecho folclórico de nuestra identidad.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Cueca de fondas


Los mestizos y plebeyos de América cuyo origen es árabe, berberisco o moruno, se transmiten y se entregan la antorcha del Andaluz, porque al vaciarse los vasos en la boca, entre el bullicio y la algarabía de la gente que canta, baila y se divierte, van tirando sabrosos condimentos, aliños y adobos con que mecharon nuestra cultura. Como la voz de la tierra es la que sale por las entrañas del pueblo, por las noches se avivan las fondas de la Chimba y del Callejón de Ugarte, o las cuecas de los caminos donde están las posadas, tambos o quilombos. La chusma brava de la Chimba es la que forma las primeras bandas militares con centenas de guitarras, platillos y panderos.

José Miguel Carrera y Diego Portales supieron interpretar la vocación sagrada de su pueblo y le soltaron las riendas al canto, porque todas las costumbres distintas y propias que conservan los mestizos de Chile, son fuerzas que le van ganando al tutelaje extranjero. Este fue un himno de guerra en los campamentos carrerinos, de 1os Benavides y de 1os Pincheira. La cueca de las fondas es la de los tiempos de los Carrera y de Portales, porque en el arte tradicional no existe otra escuela de canto. Si Diego Portales revivió las fondas fue para que en todo Chile se le grite al pueblo la gloria y el drama de los Carrera.

Cuando Diego Portales dijo “no cambio la cueca ni por la presidencia de la República” se refiere a las cuecas de las fondas de la Independencia. Estas no tienen relación con esa parodia circense que hoy difunden los conjuntos folklóricos, porque esta deformación colonialista no es ni la más mínima sombra de lo que fue el canto de la chingana.

Uno de los aspectos característicos de las fondas es que sean al aire libre y en campo abierto, como las zambras moras. Que muchas se instalen en el cerro de Renca o de Chena es una costumbre sagrada del Medio Oriente, donde los templos se levantan en los lugares altos como si fuera el costado de una pirámide, y a este lugar subía la procesión atraída por la rueda mágica, la copla, la siguiriya y la tabla del 8, porque se las presentaban luciendo sus mejores galas.

“CHILENA O CUECA TRADICIONAL”
Samuel Claro Valdés, Carmen Peña Fuenzalida
y Maria Isabel Quevedo Cifuentes
Ediciones Universidad Católica de Chile. Pág. 158

domingo, 13 de julio de 2014

Vocablo Folclore y Proyección


Todas las acepciones todas las tareas concernientes al folclore emanan de una percepción e interpretación de una realidad: de la cultura folclórica, que en oportunidades anteriores el autor ha denominado folklore-vida (Dannemann, 1975, p.24). Ella está compuesta por conductas habituales que funcionalmente efectúan personas de todos los grupos humanos como muy propias de éstos, no para exhibirlas ante un público si no que para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales en su ambiente, siguiendo tradiciones muy representativas de su identidad.

Una ejemplificación de cultura folclórica es la práctica de una danza de relevo, de preferencia, individual, con acompañamiento de guitarra y obligada percusión sobre la tapa armónica de ésta, común en localidades de la IV Región, llamada-siempre en plural-las lanchas, con finalidad de ritual homenaje principalmente a Vírgenes viajeras y a niños fallecidos de hasta tres años de años de edad, conocidos como angelitos.
Las lanchas pertenecen culturalmente a las comunidades que las conservan para bailarlas como una forma de vida, necesaria en las ocasiones sefialadas (Barros, Dannemann, 1966). 

...

La proyección, en un sentido estricto, se circunscribe a la difusión, a la mostración  de expresiones folclóricas, casi siempre coreográficas y musicales con o sin  complementación escenográfica, por parte de una o más personas, lo que en alguna  medida podría considerarse imitación de la cultura folclórica hecha con mayor o menor acierto. Para seguir con el ejemplo inicial, si un conjunto de aficionados o profesionales llevase al escenario una reproducción más o menos ajustada de la práctica de las lanchas, en consecuencia, obviamente, fuera de su medio habitual, sometiéndola a condiciones propias de un espectáculo que puede ser hermoso pero que es artificial respecto del folclore-vida, entonces, cabe afirmar que se trata de una proyección folclórica. Aquí es oportuno diferenciar entre el cultor y el llamado interprete: el primero vive el folclore como un elemento de su tradición cultural, de su realidad de ser; en cambio, el segundo lo utiliza desde un propósito de placer anímico hasta un fin de lucro, para presentarlo a un publico que, por lo común, piensa que el folclore es algo curioso, pintoresco, quizás ingenuo o trivial.

Bibliografía:"Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17

jueves, 10 de julio de 2014

Gallera


La gallera fue una especie de culto y de un hacer religioso, pero llegando la paz se dedican a rendirle pleitesía a la deidad divina del gallo, como la creatura más noble de la creación. Porque no puede doblar las rodillas, tiene la mirada del león, el cuello encerdado como las fieras y en las patas los cachos del toro. Como no es un animal carnicero ni un ave de rapiña, no mata por hambre sino jugándose la vida. Es el que simboliza la bravura, la generosidad y la fuerza genésica. Después del hombre y del gallo sólo el toro salvaje era digno de pisar tierra sagrada dentro de la rueda, porque hay que levantar la cabeza en alto, cargar ante el peligro y reponer a los muertos.

Fueron las galleras palenque de gladiadores donde se formaban los hombres enteros para vivir y morir de pie, donde el habla más brutal del suelo patrio se la entregan mezclada con términos militares. En este lugar aprenden a manejar las armas y a saber que la cuchilla es un miembro inseparable del cuerpo. Son verdaderos gallos de riña, a los cuales sólo los detiene el respeto a los “metanos”, jefes bandoleros que les habían enseñado a manejar las cuchillas grandes y con barajo, como si fueran alfanjes.

En las galleras aprenden que todo se hace por mano derecha: a comer rodeando un librillo (fuente de greda) grande, a tomar vino en calabazos que pasan de una mano a otra y a cantar a la rueda. En las galleras el comer, tomar y cantar se hacia a la rueda porque, sin hermanar a los hombres en todo lo que tienen de propio, y sin que contagie el roto bravo al manso para que les clave como un puñal en el corazón lo que es la valentía y las costumbres, jamás tendrán sentido de lo que es patria, serán destruidos por el coloniaje y la Independencia no sera más que un lindo sueño.



“CHILENA O CUECA TRADICIONAL”
Samuel Claro Valdés, Carmen Peña Fuenzalida
y Maria Isabel Quevedo Cifuentes
Ediciones Universidad Católica de Chile. Pág. 166

martes, 8 de julio de 2014

Versificación



Recibe el nombre de versificación el sistema de expresarse sujeto a las reglas del lenguaje métrico. Lenguaje métrico es el que se crea ateniéndose al metro.
Recibe el nombre de metro la medida a que el verso se encuentra sujeto. En nuestro idioma la unidad métrica es la sílaba.

Prosa y Verso.- Cuando la palabra se emite libremente, sin sujeciones a medidas o cánones determinados, la forma empleada recibe el nombre de prosa. Cuando, en cambio, nos sujetamos a las leyes numéricas y rítmicas, recibe esta forma el nombre de verso.
a)      Sinalefa es la unión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o vocales iniciales de otra, en una sola sílaba.
b)      Hiato es la figura mediante la cual deja de efectuarse la sinalefa por exigirlo así el ritmo del verso.
c)       Sinéresis  es la figura por medio de la cual se reduce el número de sílabas de una palabra, formando diptongo con dos vocales fuertes o con una fuerte y una débil acentuada. Ej.: Le impide su lealtad a defenderle. En este verso la palabra Lealtad, que tiene tres sílabas se pronuncia como si tuviera dos: Leal-tad.
d)      Diéresis es la figura que permite alargar algunas palabras, en una sílaba más cuando esto es necesario para medida del verso.

Rima
Recibe el nombre de rima la semejanza de sonidos que presentan dos o más palabras a partir de su última vocal acentuada.
a)      Rima consonante.- La rima consonante consiste en la perfecta igualdad de sonido, en las terminaciones de dos o más palabras, a contar desde su última vocal acentuada. Ej.: clarines y paladines, destino y trino, amor y dolor.
b)      Rima asonante.- Existe una rima asonante cuando dos o más palabras tienen iguales vocales y distintas sus consonantes, a partir de la vocal acentuada. Ej.: humano y extraño, rosa y sonora,  tristeza y plena.

Estrofa
Recibe el nombre de estrofa cada grupo o conjunto de versos:

Pareados.- Recibe este nombre la combinación de dos versos que riman entre sí. Su esquema es: aa, bb, cc, dd, etc. Ejemplo:
La música anodina del agua que entre flores
Expelían las gárgolas de antiguos surtidores,
Decía por nosotros las caricias inciertas
Que expresar no sabían las bocas inexpertas.  
(Leopoldo Lugones).

Tercetos.- Son combinaciones estróficas de tres versos, generalmente endecasílabos. Los tercetos se eslabonan entre sí, porque el 1er. Verso rima con 3º, el 2º con el 1º del terceto que sigue, éste con el 3º y así sucesivamente. Las composiciones en tercetos concluyen con un cuarteto, para que no quede sin rima el 2º verso del último terceto. Su esquema es: aba, beb, cdc, dede.

Y seré en esta tierra triste indino
Ejemplo del que amor presenta
Al más dichoso amante y más mezquino.
Cubrirá mi sepulcro esta sedienta
Arena que el sol hiere en luengo día,
Y un verso que declare así mi afrenta:
“Dios ausencia y soledad, siendo su guía,
A un mísero amador injusta muerte;
Amor, que siempre fue en su compañía,
Yace con él en una suerte”.
(Fernando de Herrera).

Cuarteto.- Recibe este nombre la combinación de cuatro versos, que pueden ser de diferente medida y rimar de modo diferente. Sus esquemas pueden ser: abba, abab, y también abcb, quedando libres los versos impares y rimando únicamente los pares.

¡Juventud, divino tesoro,
Ya te vas para no volver!
¡Cuando quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer!
(Rubén Darío).

Redondilla.- Es el nombre especial que reciben las cuartetas octosílabas, cuyos versos riman el 1º con el 4º y el 2º con el 3º. Su esquema es abba.

Fresca luz de la mañana
Que a la bondad nos despierta
Como de una honrada puerta
Sale una joven temprana.
(Leopoldo Lugones).

Quintilla.- Estrofa de cinco versos octosilábicos. Riman de cualquier modo, con la única exigencia de que no haya tres consonantes seguidas.

Largas brumas violetas
Flotan sobre el río gris,
Y allá en las dársenas quietas
Sueñan obscuras goletas
Con un lejano país.
(Leopoldo Lugones).

Octava real.- Recibe este nombre la estrofa de ocho versos endecasílabos que riman el 1º con el 3º y 5º; el 2º con el 4º y 6º y el 7º con el 8º. Su esquema es: abababcc.

Dentro del fértil lago, hacia la parte
Que le apunta la luz de la mañana,
O por natural curso o fuerza de arte,
Está una fresca isleta y tierra llana;
De cien torres ceñido un baluarte,
Donde resurte, vuelto espuma cana,
El cristal tierno que hermosos lejos
Sirve a sus playas y árboles de espejos.
(Bernardo de Balbuena).

Décima.- recibe este nombre la estrofa de diez versos octosílabos que riman el 1º con el 4º y el 5º; el 2º con el 3º; el 6º con el 7º y 10º; el 8º con el 9º. Son en realidad dos redondillas enlazadas por dos versos, de los cuales uno rima con el último de la primera redondilla, y el otro con el primero de la segunda redondilla. Su esquema es abbaaccddc.

Cuando la tarde se inclina
Sollozando en occidente,
Corre una sombre doliente
Sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol la ilumina
Con luz radiante y serena
Del ancho campo la escena,
La melancólica sombra
Huye besando su alfombra
Con el afán de la pena.
(Rafael Obligado).

Soneto.- Recibe el nombre de soneto una composición de catorce versos endecasílabos, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Los primeros riman con iguales consonantes, de acuerdo con el siguiente esquema: abba, abba. Los tercetos pueden combinarse de diferentes modos: ccd eed, cde cde, cdc, dcd, etcétera.

Rey de los otros ríos caudaloso,
Que en forma claro, en ondas cristalino,
Tosca guirnalda de robusto pino
Ciñe tu frente y tu cabello undoso;
Pues dejando tu nido cavernoso
De Segura en el monte más vecino,
Por el suelo andaluz tu real camino
Tuerces soberbio, raudo y espumoso;
A mí, que de tus fértiles orillas
Piso, aunque ilustremente enamorado,
La noble arena con humilde planta;
Dime, si entre las rubias pastorcillas
Has visto, que en tus aguas se han mirado,
Beldad cual la de Clori, o gracia tanta.
(Luis de Góngora).

Versos desiguales

Lira.- Es una combinación estrófica de cinco versos, dos endecasílabos y tres heptasílabos. Son endecasílabos el 2º y el 5º, y riman el 1º con el 3º, y el 2 con el 4º y el 5º, su esquema es abab.

Cuando contemplo el cielo
De innumerables luces adornado
Y miro hacia el suelo,
De noche rodeado,
En sueño y en olvido sepultado.
(Fray Luis de león).

Copla de pie quebrado.- Combinación estrófica en que alternan los versos octosílabos con tetrasílabos o pentasílabos.

Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte,
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte,
Tan callando.
Cuán presto de va el placer,
Cómo después de acordado,
Da dolor;
Cómo a nuestro parecer,
Cualquiera tiempo pasado,
Fue mejor.
(Elegía de Jorge Manrique, siglo XV).

Seguidilla.- Es un tipo popular de metros cortos y desiguales, adecuada para el canto. Puede dividirse en dos coplas compuestas de un cuarteto y un terceto de heptasílabos y pentasílabos alternados, con rima asonante.
A través del teléfono
Presa en un hilo
Tu vos es un arroyo
Cantante y fino.
Hínchase luego,
Y en río desbordado
Llega a mi pecho.
(Fernández Moreno).

Estancia.- Es una estrofa de un número indeterminado de versos, endecasílabos y heptasílabos mezclados, que combinan rima de diferente modo, combinación que se mantiene, sin embargo, en toda la poesía. Es la estrofa preferida para la oda.

Nunca pusieran fin al triste lloro
Los pastores, ni fueran acabadas
Las canciones que sólo el monte oía,
Si mirando las nubes coloradas
Al tramontar del sol bordadas de oro,
No vieran que era ya pasado el día.
La sombra se veía
Venir corriendo apriesa
Ya por la falda espesa
Del altísimo monte; y recordando
Ambos como de sueño, y acabando
El fugitivo sol, de luz escaso
Su ganado llevando,
Se fueron recogiendo paso a paso.
(Garcilaso de la Vega).

Bibliografía: "Gramática de la Lengua Castellana", Editorial Occidente S.A., año 1991, páginas 212-224


miércoles, 2 de julio de 2014

La Décima



Vicente Gómez Martínez Espinel (Ronda, 28 de diciembre de 1550 - Madrid, 4 de febrero de 1624) fue un sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro. A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda, añadiendo una cuerda más aguda - llamada mi agudo o prima - a las cuatro existentes en aquel momento.

información extraída del sitio: http://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Espinel

La décima de ESPINEL constituye una composición tan perfecta como el soneto, sin sus pretensiones heroicas, por cuya razón ha sido siempre preferida a éste para expresar un pensamiento completo, aunque más sencillo que el que al soneto corresponde. La décima se compone de dos estrofas de cuatro versos octosílabos cada una conconsonantes del primero con cuarto, y del segundo con tercero, entre las que se introducen otros dos versos octosílabos auxiliares del pensamiento para ligar entre sí la tesis y la conclusión: los consonantes de estos dos auxiliares se ligan el primero con el cuarto y el segundo con el séptimo. La tesis de la composición, en la décima, se presenta y desenvuelve en la primera redondilla; el silogismo para la prueba del pensamiento se establece en los dos versos posteriores. y la segunda cuarteta completa con perfección el raciocinio poético. Esto no era lo conocido ni practicado antes de ESPINEL, aparte del elemento armónico en la rima de su nueva composición. ESPINEL sólo nos dejó un modelo de su obra: aquellos versos que comienzan así:

No hay bien que de mal me guarde
temeroso y encogido,
de sin razon ofendido,
y de ofendido cobarde.
Y aunque mi queja ya es tarde,
y razon me la defiende,
más en mi daño se enciende:
Que voy contra quien me agravia,
como el perro, que con rábia
a su propio dueño ofende.
Ya esta suerte que empeora,
se vió tan en las estrellas,
que formó de mi querellas,
de quien yo las formo ahora.
Y es tal la falta, señora,
de este bien, que de pensallo
confuso y triste me hallo,
que si por vos me preguntan
los que mi daño barruntan
de pura vergüenza callo...


Información extraída del sitio: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/vida-del-escudero-marcos-de-obregon--0/html/ff056b5c-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html


El Canto a lo Divino es una expresión de religiosidad popular campesina de la zona central de Chile, que combina poesía en décimas cantada con acompañamiento de guitarra o guitarrón y cuya tradición se remonta al siglo XVI. Este himno tradicional a la Virgen María ha sido entonado por generaciones y generaciones de creyentes.

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

Información extraída del sitio: http://www.iglesia.cl/especiales/virgendelcarmen/bendita_pureza.html


Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafin
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Estribillo

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay si sí sí
aay si si si.

La composición que, como hemos dicho, pertenece al género de la música folklórica chilena denominado sirilla, formalmente representa una décima continua asonantada con estribillo final, el que se incluye al término de cada décima cuando el poema se actualiza en canción. Las ocho décimas asonantes, de tipo tradicional (ABBA AC CDDC), más su correspondiente estribilío, conforman una estructura solidada sabiamente concebida de acuerdo con el efecto rítmico y el sentido del poema-canción. Su tema es el amor, tópico recurrente tanto en la propia creación de Violeta Parra como en el folklore de origen hispano, pero de lo que específicamente se trata aquí es del poder transformador del sentimiento amoroso que la poeta constata en sí misma y proyecta a los demás, porque si en ella el amor obra el milagro de hacerla «volver a los diecisiete» (‘st. 1), invirtiendo el curso del tiempo —«Mi paso retrocedido/cuando el de ustedes avanza» (vv. 11 y 12)—-; el amor que «detiene a los peregrinos» (y. 35), también «libera a los prisioneros» (y. 36), «al viejo lo vuelve niño! y al malo sólo el cariño/lo vuelve puro y sincero» (Vv. 38, 39 y 40).

información extraída del sitio: http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/viewFile/ALHI9999221141A/22438

jueves, 5 de junio de 2014

Lo que fluye y lo que se impone


Lo que fluye y lo que se impone. Los tiempos cambian y eso se nota en las generaciones. Fácilmente podemos acordar que nuestros padres compraban en carnicerías, rotiserías o fiambrerías, hoy ya damos por hecho que ese mismo acto podemos realizarlo en algún supermercado que incluso esté dentro de un mall. El asunto de estos comercios locales es que responden a una carga histórica, ya sea emplazándose en alguna manzana del centro, en algún local que antes fue una vivienda de la aristocracia y que aún mantiene su decoración arquitectónica que hablan de aquella época. Sin embargo, los mall son un tipo de comercio que ni siquiera cabe en la lógica de la estructura urbana, por lo que deben buscar lugares en la ciudad para emplazarse, entonces de alguna manera deben despejar algún área y construir esta nueva temática, que se desarrolla a una escala magna de muchos servicios. Nace con ello una nueva costumbre que no responde a este conocimiento continuo de progreso de nuestra sociedad, es aquí donde hago la diferencia con aquello Impuesto, y lo que fluye es una característica del folclor. Lo que fluye tiene una lógica de ser y de mantenerse, donde los “por qué” se responden a su propia historia y experiencias que se mantienen continuas debido a que es parte de la memoria colectiva del pueblo. No me refiero a mantenerse antiguo, ni que  a no se puede cambiar, lo que fluye responde al propio contexto. Lo impuesto solamente se impone, sin cuestionarse, pero podemos adaptarnos, y nuestra facilidad de adaptarnos genera también esta facilidad de ir perdiendo nuestra identidad. Lo que fluye simplemente se va dando con el tiempo, pero es importante que las cosas fluyan como la naturaleza de la vida. Lo que fluye también se influye, porque el sentido del razonamiento no parte desde que nacemos, eso se enseña, se aprende, se equivoca, se elige.

José Gutiérrez