Lo que fluye y lo que se impone. Los tiempos cambian y eso
se nota en las generaciones. Fácilmente podemos acordar que nuestros padres
compraban en carnicerías, rotiserías o fiambrerías, hoy ya damos por hecho que
ese mismo acto podemos realizarlo en algún supermercado que incluso esté dentro
de un mall. El asunto de estos comercios locales es que responden a una carga
histórica, ya sea emplazándose en alguna manzana del centro, en algún local que
antes fue una vivienda de la aristocracia y que aún mantiene su decoración
arquitectónica que hablan de aquella época. Sin embargo, los mall son un tipo
de comercio que ni siquiera cabe en la lógica de la estructura urbana, por lo
que deben buscar lugares en la ciudad para emplazarse, entonces de alguna
manera deben despejar algún área y construir esta nueva temática, que se
desarrolla a una escala magna de muchos servicios. Nace con ello una nueva
costumbre que no responde a este conocimiento continuo de progreso de nuestra
sociedad, es aquí donde hago la diferencia con aquello Impuesto, y lo que fluye
es una característica del folclor. Lo que fluye tiene una lógica de ser y de
mantenerse, donde los “por qué” se responden a su propia historia y
experiencias que se mantienen continuas debido a que es parte de la memoria
colectiva del pueblo. No me refiero a mantenerse antiguo, ni que a no se puede cambiar, lo que fluye responde
al propio contexto. Lo impuesto solamente se impone, sin cuestionarse, pero
podemos adaptarnos, y nuestra facilidad de adaptarnos genera también esta
facilidad de ir perdiendo nuestra identidad. Lo que fluye simplemente se va
dando con el tiempo, pero es importante que las cosas fluyan como la naturaleza
de la vida. Lo que fluye también se influye, porque el sentido del razonamiento
no parte desde que nacemos, eso se enseña, se aprende, se equivoca, se elige.
José Gutiérrez
José Gutiérrez