domingo, 13 de julio de 2014

Vocablo Folclore y Proyección


Todas las acepciones todas las tareas concernientes al folclore emanan de una percepción e interpretación de una realidad: de la cultura folclórica, que en oportunidades anteriores el autor ha denominado folklore-vida (Dannemann, 1975, p.24). Ella está compuesta por conductas habituales que funcionalmente efectúan personas de todos los grupos humanos como muy propias de éstos, no para exhibirlas ante un público si no que para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales en su ambiente, siguiendo tradiciones muy representativas de su identidad.

Una ejemplificación de cultura folclórica es la práctica de una danza de relevo, de preferencia, individual, con acompañamiento de guitarra y obligada percusión sobre la tapa armónica de ésta, común en localidades de la IV Región, llamada-siempre en plural-las lanchas, con finalidad de ritual homenaje principalmente a Vírgenes viajeras y a niños fallecidos de hasta tres años de años de edad, conocidos como angelitos.
Las lanchas pertenecen culturalmente a las comunidades que las conservan para bailarlas como una forma de vida, necesaria en las ocasiones sefialadas (Barros, Dannemann, 1966). 

...

La proyección, en un sentido estricto, se circunscribe a la difusión, a la mostración  de expresiones folclóricas, casi siempre coreográficas y musicales con o sin  complementación escenográfica, por parte de una o más personas, lo que en alguna  medida podría considerarse imitación de la cultura folclórica hecha con mayor o menor acierto. Para seguir con el ejemplo inicial, si un conjunto de aficionados o profesionales llevase al escenario una reproducción más o menos ajustada de la práctica de las lanchas, en consecuencia, obviamente, fuera de su medio habitual, sometiéndola a condiciones propias de un espectáculo que puede ser hermoso pero que es artificial respecto del folclore-vida, entonces, cabe afirmar que se trata de una proyección folclórica. Aquí es oportuno diferenciar entre el cultor y el llamado interprete: el primero vive el folclore como un elemento de su tradición cultural, de su realidad de ser; en cambio, el segundo lo utiliza desde un propósito de placer anímico hasta un fin de lucro, para presentarlo a un publico que, por lo común, piensa que el folclore es algo curioso, pintoresco, quizás ingenuo o trivial.

Bibliografía:"Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17

jueves, 10 de julio de 2014

Gallera


La gallera fue una especie de culto y de un hacer religioso, pero llegando la paz se dedican a rendirle pleitesía a la deidad divina del gallo, como la creatura más noble de la creación. Porque no puede doblar las rodillas, tiene la mirada del león, el cuello encerdado como las fieras y en las patas los cachos del toro. Como no es un animal carnicero ni un ave de rapiña, no mata por hambre sino jugándose la vida. Es el que simboliza la bravura, la generosidad y la fuerza genésica. Después del hombre y del gallo sólo el toro salvaje era digno de pisar tierra sagrada dentro de la rueda, porque hay que levantar la cabeza en alto, cargar ante el peligro y reponer a los muertos.

Fueron las galleras palenque de gladiadores donde se formaban los hombres enteros para vivir y morir de pie, donde el habla más brutal del suelo patrio se la entregan mezclada con términos militares. En este lugar aprenden a manejar las armas y a saber que la cuchilla es un miembro inseparable del cuerpo. Son verdaderos gallos de riña, a los cuales sólo los detiene el respeto a los “metanos”, jefes bandoleros que les habían enseñado a manejar las cuchillas grandes y con barajo, como si fueran alfanjes.

En las galleras aprenden que todo se hace por mano derecha: a comer rodeando un librillo (fuente de greda) grande, a tomar vino en calabazos que pasan de una mano a otra y a cantar a la rueda. En las galleras el comer, tomar y cantar se hacia a la rueda porque, sin hermanar a los hombres en todo lo que tienen de propio, y sin que contagie el roto bravo al manso para que les clave como un puñal en el corazón lo que es la valentía y las costumbres, jamás tendrán sentido de lo que es patria, serán destruidos por el coloniaje y la Independencia no sera más que un lindo sueño.



“CHILENA O CUECA TRADICIONAL”
Samuel Claro Valdés, Carmen Peña Fuenzalida
y Maria Isabel Quevedo Cifuentes
Ediciones Universidad Católica de Chile. Pág. 166

martes, 8 de julio de 2014

Versificación



Recibe el nombre de versificación el sistema de expresarse sujeto a las reglas del lenguaje métrico. Lenguaje métrico es el que se crea ateniéndose al metro.
Recibe el nombre de metro la medida a que el verso se encuentra sujeto. En nuestro idioma la unidad métrica es la sílaba.

Prosa y Verso.- Cuando la palabra se emite libremente, sin sujeciones a medidas o cánones determinados, la forma empleada recibe el nombre de prosa. Cuando, en cambio, nos sujetamos a las leyes numéricas y rítmicas, recibe esta forma el nombre de verso.
a)      Sinalefa es la unión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o vocales iniciales de otra, en una sola sílaba.
b)      Hiato es la figura mediante la cual deja de efectuarse la sinalefa por exigirlo así el ritmo del verso.
c)       Sinéresis  es la figura por medio de la cual se reduce el número de sílabas de una palabra, formando diptongo con dos vocales fuertes o con una fuerte y una débil acentuada. Ej.: Le impide su lealtad a defenderle. En este verso la palabra Lealtad, que tiene tres sílabas se pronuncia como si tuviera dos: Leal-tad.
d)      Diéresis es la figura que permite alargar algunas palabras, en una sílaba más cuando esto es necesario para medida del verso.

Rima
Recibe el nombre de rima la semejanza de sonidos que presentan dos o más palabras a partir de su última vocal acentuada.
a)      Rima consonante.- La rima consonante consiste en la perfecta igualdad de sonido, en las terminaciones de dos o más palabras, a contar desde su última vocal acentuada. Ej.: clarines y paladines, destino y trino, amor y dolor.
b)      Rima asonante.- Existe una rima asonante cuando dos o más palabras tienen iguales vocales y distintas sus consonantes, a partir de la vocal acentuada. Ej.: humano y extraño, rosa y sonora,  tristeza y plena.

Estrofa
Recibe el nombre de estrofa cada grupo o conjunto de versos:

Pareados.- Recibe este nombre la combinación de dos versos que riman entre sí. Su esquema es: aa, bb, cc, dd, etc. Ejemplo:
La música anodina del agua que entre flores
Expelían las gárgolas de antiguos surtidores,
Decía por nosotros las caricias inciertas
Que expresar no sabían las bocas inexpertas.  
(Leopoldo Lugones).

Tercetos.- Son combinaciones estróficas de tres versos, generalmente endecasílabos. Los tercetos se eslabonan entre sí, porque el 1er. Verso rima con 3º, el 2º con el 1º del terceto que sigue, éste con el 3º y así sucesivamente. Las composiciones en tercetos concluyen con un cuarteto, para que no quede sin rima el 2º verso del último terceto. Su esquema es: aba, beb, cdc, dede.

Y seré en esta tierra triste indino
Ejemplo del que amor presenta
Al más dichoso amante y más mezquino.
Cubrirá mi sepulcro esta sedienta
Arena que el sol hiere en luengo día,
Y un verso que declare así mi afrenta:
“Dios ausencia y soledad, siendo su guía,
A un mísero amador injusta muerte;
Amor, que siempre fue en su compañía,
Yace con él en una suerte”.
(Fernando de Herrera).

Cuarteto.- Recibe este nombre la combinación de cuatro versos, que pueden ser de diferente medida y rimar de modo diferente. Sus esquemas pueden ser: abba, abab, y también abcb, quedando libres los versos impares y rimando únicamente los pares.

¡Juventud, divino tesoro,
Ya te vas para no volver!
¡Cuando quiero llorar, no lloro…
Y a veces lloro sin querer!
(Rubén Darío).

Redondilla.- Es el nombre especial que reciben las cuartetas octosílabas, cuyos versos riman el 1º con el 4º y el 2º con el 3º. Su esquema es abba.

Fresca luz de la mañana
Que a la bondad nos despierta
Como de una honrada puerta
Sale una joven temprana.
(Leopoldo Lugones).

Quintilla.- Estrofa de cinco versos octosilábicos. Riman de cualquier modo, con la única exigencia de que no haya tres consonantes seguidas.

Largas brumas violetas
Flotan sobre el río gris,
Y allá en las dársenas quietas
Sueñan obscuras goletas
Con un lejano país.
(Leopoldo Lugones).

Octava real.- Recibe este nombre la estrofa de ocho versos endecasílabos que riman el 1º con el 3º y 5º; el 2º con el 4º y 6º y el 7º con el 8º. Su esquema es: abababcc.

Dentro del fértil lago, hacia la parte
Que le apunta la luz de la mañana,
O por natural curso o fuerza de arte,
Está una fresca isleta y tierra llana;
De cien torres ceñido un baluarte,
Donde resurte, vuelto espuma cana,
El cristal tierno que hermosos lejos
Sirve a sus playas y árboles de espejos.
(Bernardo de Balbuena).

Décima.- recibe este nombre la estrofa de diez versos octosílabos que riman el 1º con el 4º y el 5º; el 2º con el 3º; el 6º con el 7º y 10º; el 8º con el 9º. Son en realidad dos redondillas enlazadas por dos versos, de los cuales uno rima con el último de la primera redondilla, y el otro con el primero de la segunda redondilla. Su esquema es abbaaccddc.

Cuando la tarde se inclina
Sollozando en occidente,
Corre una sombre doliente
Sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol la ilumina
Con luz radiante y serena
Del ancho campo la escena,
La melancólica sombra
Huye besando su alfombra
Con el afán de la pena.
(Rafael Obligado).

Soneto.- Recibe el nombre de soneto una composición de catorce versos endecasílabos, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Los primeros riman con iguales consonantes, de acuerdo con el siguiente esquema: abba, abba. Los tercetos pueden combinarse de diferentes modos: ccd eed, cde cde, cdc, dcd, etcétera.

Rey de los otros ríos caudaloso,
Que en forma claro, en ondas cristalino,
Tosca guirnalda de robusto pino
Ciñe tu frente y tu cabello undoso;
Pues dejando tu nido cavernoso
De Segura en el monte más vecino,
Por el suelo andaluz tu real camino
Tuerces soberbio, raudo y espumoso;
A mí, que de tus fértiles orillas
Piso, aunque ilustremente enamorado,
La noble arena con humilde planta;
Dime, si entre las rubias pastorcillas
Has visto, que en tus aguas se han mirado,
Beldad cual la de Clori, o gracia tanta.
(Luis de Góngora).

Versos desiguales

Lira.- Es una combinación estrófica de cinco versos, dos endecasílabos y tres heptasílabos. Son endecasílabos el 2º y el 5º, y riman el 1º con el 3º, y el 2 con el 4º y el 5º, su esquema es abab.

Cuando contemplo el cielo
De innumerables luces adornado
Y miro hacia el suelo,
De noche rodeado,
En sueño y en olvido sepultado.
(Fray Luis de león).

Copla de pie quebrado.- Combinación estrófica en que alternan los versos octosílabos con tetrasílabos o pentasílabos.

Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte,
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte,
Tan callando.
Cuán presto de va el placer,
Cómo después de acordado,
Da dolor;
Cómo a nuestro parecer,
Cualquiera tiempo pasado,
Fue mejor.
(Elegía de Jorge Manrique, siglo XV).

Seguidilla.- Es un tipo popular de metros cortos y desiguales, adecuada para el canto. Puede dividirse en dos coplas compuestas de un cuarteto y un terceto de heptasílabos y pentasílabos alternados, con rima asonante.
A través del teléfono
Presa en un hilo
Tu vos es un arroyo
Cantante y fino.
Hínchase luego,
Y en río desbordado
Llega a mi pecho.
(Fernández Moreno).

Estancia.- Es una estrofa de un número indeterminado de versos, endecasílabos y heptasílabos mezclados, que combinan rima de diferente modo, combinación que se mantiene, sin embargo, en toda la poesía. Es la estrofa preferida para la oda.

Nunca pusieran fin al triste lloro
Los pastores, ni fueran acabadas
Las canciones que sólo el monte oía,
Si mirando las nubes coloradas
Al tramontar del sol bordadas de oro,
No vieran que era ya pasado el día.
La sombra se veía
Venir corriendo apriesa
Ya por la falda espesa
Del altísimo monte; y recordando
Ambos como de sueño, y acabando
El fugitivo sol, de luz escaso
Su ganado llevando,
Se fueron recogiendo paso a paso.
(Garcilaso de la Vega).

Bibliografía: "Gramática de la Lengua Castellana", Editorial Occidente S.A., año 1991, páginas 212-224


miércoles, 2 de julio de 2014

La Décima



Vicente Gómez Martínez Espinel (Ronda, 28 de diciembre de 1550 - Madrid, 4 de febrero de 1624) fue un sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro. A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda, añadiendo una cuerda más aguda - llamada mi agudo o prima - a las cuatro existentes en aquel momento.

información extraída del sitio: http://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Espinel

La décima de ESPINEL constituye una composición tan perfecta como el soneto, sin sus pretensiones heroicas, por cuya razón ha sido siempre preferida a éste para expresar un pensamiento completo, aunque más sencillo que el que al soneto corresponde. La décima se compone de dos estrofas de cuatro versos octosílabos cada una conconsonantes del primero con cuarto, y del segundo con tercero, entre las que se introducen otros dos versos octosílabos auxiliares del pensamiento para ligar entre sí la tesis y la conclusión: los consonantes de estos dos auxiliares se ligan el primero con el cuarto y el segundo con el séptimo. La tesis de la composición, en la décima, se presenta y desenvuelve en la primera redondilla; el silogismo para la prueba del pensamiento se establece en los dos versos posteriores. y la segunda cuarteta completa con perfección el raciocinio poético. Esto no era lo conocido ni practicado antes de ESPINEL, aparte del elemento armónico en la rima de su nueva composición. ESPINEL sólo nos dejó un modelo de su obra: aquellos versos que comienzan así:

No hay bien que de mal me guarde
temeroso y encogido,
de sin razon ofendido,
y de ofendido cobarde.
Y aunque mi queja ya es tarde,
y razon me la defiende,
más en mi daño se enciende:
Que voy contra quien me agravia,
como el perro, que con rábia
a su propio dueño ofende.
Ya esta suerte que empeora,
se vió tan en las estrellas,
que formó de mi querellas,
de quien yo las formo ahora.
Y es tal la falta, señora,
de este bien, que de pensallo
confuso y triste me hallo,
que si por vos me preguntan
los que mi daño barruntan
de pura vergüenza callo...


Información extraída del sitio: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/vida-del-escudero-marcos-de-obregon--0/html/ff056b5c-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html


El Canto a lo Divino es una expresión de religiosidad popular campesina de la zona central de Chile, que combina poesía en décimas cantada con acompañamiento de guitarra o guitarrón y cuya tradición se remonta al siglo XVI. Este himno tradicional a la Virgen María ha sido entonado por generaciones y generaciones de creyentes.

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

Información extraída del sitio: http://www.iglesia.cl/especiales/virgendelcarmen/bendita_pureza.html


Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafin
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Estribillo

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay si sí sí
aay si si si.

La composición que, como hemos dicho, pertenece al género de la música folklórica chilena denominado sirilla, formalmente representa una décima continua asonantada con estribillo final, el que se incluye al término de cada décima cuando el poema se actualiza en canción. Las ocho décimas asonantes, de tipo tradicional (ABBA AC CDDC), más su correspondiente estribilío, conforman una estructura solidada sabiamente concebida de acuerdo con el efecto rítmico y el sentido del poema-canción. Su tema es el amor, tópico recurrente tanto en la propia creación de Violeta Parra como en el folklore de origen hispano, pero de lo que específicamente se trata aquí es del poder transformador del sentimiento amoroso que la poeta constata en sí misma y proyecta a los demás, porque si en ella el amor obra el milagro de hacerla «volver a los diecisiete» (‘st. 1), invirtiendo el curso del tiempo —«Mi paso retrocedido/cuando el de ustedes avanza» (vv. 11 y 12)—-; el amor que «detiene a los peregrinos» (y. 35), también «libera a los prisioneros» (y. 36), «al viejo lo vuelve niño! y al malo sólo el cariño/lo vuelve puro y sincero» (Vv. 38, 39 y 40).

información extraída del sitio: http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/viewFile/ALHI9999221141A/22438