“Entonces ¿qué es el folclor?” (José Gutiérrez)
Marianella Prado nos dijo,”
para mí el folclor es esto, todo lo que hacemos, yo hago folclor todo el día,
toda mi vida es folclor, estoy cocinando, estoy prendiendo el fuego, todo es
folclor, todo lo que se rescata de lo nuestro, nuestra vivencia diaria es
folclor” (1). Según Patricia
Chavarría eliminó la palabra folclor, por ser una palabra demasiado manoseada y
mal utilizada, prefiere referirse a ello como cultura tradicional o patrimonio
intangible, comenta que a través de la historia de la humanidad, este va
adquiriendo experiencias que dan respuesta a sus interrogantes, que son
respuestas estéticas, espirituales, prácticas, y esas respuestas que se han
mantenido a través de la historia son la tradición (2). Don Pedro Valdés dijo “lo
más hermoso es sacarle la información a las personas, a los antiguos, o si no
se mueren y se guardan la información…el folclor se transmite de padre a hijo o
de generación en generación” (3).
Si algo podemos quedar de acuerdo es que el folclor es lo
mismo que el pueblo, lo que somos y lo que fuimos. Es indiscutible que cuando
nos referimos a folclor es porque queremos expresar algo propio de nosotros
mismos, que tiene sentido dada las razones que se fueron argumentando con el tiempo.
Si depuramos mucho más el significado podremos acordar que todo se enmarca en
dar respuesta a una necesidad, pero ¿qué es lo valioso? Que en esas respuestas
surgen las experiencias y que de manera espontánea se traspasan por
generaciones.Entonces…podemos darle sentido a nuestra manera de hablar, a la
manera de tomar el tenedor para comer, a la manera de mirar el cielo, a la
manera de conversar sobre lo que nos preocupa, a la manera de compartir con
nuestra familia. Pero si decimos que el folclor son las experiencias de un
pueblo, estamos diciendo que dependerá de la experiencia, y si cada pueblo,
cada persona tiene una experiencia distinta ¿podemos definir cuál es nuestro
folclor? Quizás para lograr ello debemos reunir todas las experiencias, cosa
que sería imposible, entonces el folclor tendrá características distintas
dependiendo de quién lo mire, no existe una verdad absoluta, solo podremos
hablar de aquello que conocemos, de nuestras propias experiencias.
Y ¿qué son los conjuntos folclóricos?
Estando
hace varios años integrando un conjunto folclórico he tratado de darle sentido.
Tal vez haya que rebuscar la historia para entenderlo. Como se tiene registro
uno de los primeros conjuntos folclóricos es Cuncumén fundado en la década del
50, al alero de grandes folcloristas como Violeta Parra y Margot Loyola. Ellos mismos manifiestan
que Cuncumén “es un conjunto de
proyección folklórica dedicado a la recopilación, estudio y difusión de los
cantos y danzas de la región central de Chile. En la proyección de los cantos y
danzas de la tradición, conserva el fondo pero modela la forma, dando paso así
a la creación y, al mismo tiempo, respetando la raíz” (4). Antes de que
aparecieran los conjuntos ¿qué había? Habían cantoras, dúos, que exponían su
canto en las tradiciones campesinas, sin embargo, no hay que olvidar los
cuartetos, que nacieron previo a los conjuntos folclóricos. El primero de ellos
son los Huasos Chincolco, formados en la década del 20. “El nacimiento de este conjunto tiene que ver más con necesidades de
espectáculos que con la búsqueda de expresiones folclóricas. En los años '20,
según explica el musicólogo Juan Pablo González en Historia social de la
música popular en Chile, Santiago era "una ciudad de medio millón de
habitantes, muchos de ellos inmigrantes provincianos y campesinos, que
constituían un mercado potencial para la música campesina en la ciudad".
Para ellos, sin embargo, no existía forma de ver o escuchar cuecas y tonadas.
Ante esa carencia, en 1922 surgieron Los Huasos de Chincolco, que tomaron su
nombre de una localidad al interior del valle del Aconcagua” (5). Es aquí
donde se manifiesta el folclor como espectáculo, donde toman el mismo
repertorio de las cantoras campesinas para llevarlo a escena basados en la
indumentaria huasa, aclarando eso sí, que ellos no lo eran.
¿Por qué son necesarios los conjuntos
folclóricos? ¿Qué se pierde si desaparecen?
A
esta discusión hay que sumarle el hecho de que como sociedad hemos cambiado
nuestras necesidades y que cada vez son necesidades globalizadas, con ello se
ha sufrido bruscamente el traspaso de las experiencias. Siempre fueron nuestros
padres quienes nos daban las herramientas para enfrentarnos al mundo, hoy son
los hijos quienes deben enseñar a sus padres para adaptarse a estos cambios.
Muchas de las tradiciones fueron perdiendo el sentido, porque los problemas son
otros, aunque el problema no son los problemas. El problema es que se está
dando la misma solución para todos, y ¿qué pasa con eso? Comienza a debilitarse
nuestra identidad, cada vez nos parecemos más, y la riqueza de nuestro folclor
es la diversidad, la diferencia, lo propio.
Entonces
aparecen los conjuntos folclóricos para poner en valor aquello que es nuestro,
como escuelas del conocimiento informal basados en las experiencias del pueblo.
Capaces de unirse para salir a buscar la riqueza de ese conocimiento y poder
enseñarlo para que de esta manera, no se quiebre la cadena de sabiduría que
traspasan los pueblos a través de generaciones.
Ahora bien ¿de qué manera se realiza esa
búsqueda y esa enseñanza para darla a conocer?
“Todas las acepciones
todas las tareas concernientes al folclore emanan de una percepción e
interpretación de una realidad: de la cultura folclórica, que en oportunidades
anteriores el autor ha denominado folklore-vida (Dannemann, 1975,
p.24). Ella está compuesta por conductas habituales que funcionalmente efectúan
personas de todos los grupos humanos como muy propias de éstos, no para
exhibirlas ante un público si no que para satisfacer sus necesidades
espirituales y materiales en su ambiente, siguiendo tradiciones muy
representativas de su identidad…La proyección, en un sentido estricto, se
circunscribe a la difusión, a la mostración de expresiones folclóricas,
casi siempre coreográficas y musicales con o sin complementación
escenográfica, por parte de una o más personas, lo que en alguna medida
podría considerarse imitación de la cultura folclórica hecha con mayor o menor
acierto…Aquí es oportuno diferenciar entre el cultor y el llamado interprete:
el primero vive el folclore como un elemento de su tradición cultural, de su
realidad de ser; en cambio, el segundo lo utiliza desde un propósito de placer
anímico hasta un fin de lucro, para presentarlo a un público que, por lo común,
piensa que el folclore es algo curioso, pintoresco, quizás ingenuo o trivial.”(6)
Este extracto de la Enciclopedia del Folclore de Manuel
Dannemann, nos muestra la diferencia y lo cuidadoso que hay que ser al momento
de querer entregar folclor. Para mí esta diferencia la pude ver con Mauricia
Saavedra, cantora campesina de Sagrada Familia, quien junto a Chincolito de
Rauco y Jorge Castro compartieron el canto a lo divino en un escenario. Ellos
constantemente realizan vigilias para cantarle a la fe espiritual y enlazar lo
trascendental con lo terrenal, buscando las fechas religiosas que responden a
esa necesidad, y como un rito lo comparten con todos aquellos que estén
interesados, y en esta oportunidad eligieron una fecha especial y realizarlo en
un escenario, haciendo lo mismo que hacen cuando se juntan en alguna casa o en
alguna capilla para cantar a lo divino. Se rogó no aplaudir y respetar con el
silencio, además todo estaba cargado del simbolismo, siendo cautos en poner lo
esencial, solo lo que necesitaban para realizar esta costumbre. En esta muestra
se pudo convivir con aquella tradición, que dejó de lado el sentido de
espectáculo. No importaba si al público le gustaba o no, ellos querían
únicamente compartir esa necesidad espiritual, que por lo demás tiene una
tradición de siglos. Entonces, podemos acordar que lo que se expuso fue
folclor, porque no estaban representando a nadie, ellos mismos se mostraban,
además si eso mismo se realizara en cualquier fecha hubiera perdido el contexto
y el sentido, porque dejaría de ser necesario. Cosa distinta es la proyección
folclórica, que dada estas reflexiones no nos muestra folclor, y en eso hay que
ser claros y francos, ya que muchas veces nosotros mismos nos engañamos
argumentando que por el simple hecho de ponernos un traje de huaso estamos
dando a conocer el folclor. Hay que ser responsables en estos términos para no
entregar de manera equivocada el conocimiento, porque el que los conjuntos
folclóricos se expongan en un escenario les da un carácter público, una
herramienta potente para llegar al pueblo. Aclaro que no estoy en desacuerdo con
la proyección folclórica, al contrario, es fundamental que se exponga, pero
argumentando que no exponen folclor, ponen en valor hechos folclóricos que al
ser llevados al escenario toman lo esencial, pero de ninguna forma reemplazan
las tradiciones, es una manera muy didáctica de enseñar reconociendo que el
contexto y las necesidades fueron cambiados.
¿Hay más maneras de
enseñar folclor?
Por naturaleza el folclor es transmitido dentro de nuestras
familias, sin embargo, esta actitud resulta inconsciente dentro de nuestras
vidas, porque lo consideramos común y cotidiano. Aparecen entonces los
estudiosos del folclor, que por el simple hecho de tomar consciencia que existe
un valor en algo que se haya reconocido como propio, podemos denominarlo un
folclorista, claro que cada uno deberá definirse en qué medida logra aportar
más a este registro del conocimiento. Entonces, hay varias de maneras de
enseñar folclor, como los mismos folcloristas, que pueden abordar la cuestión
desde cualquier medio que se les sea posible imaginar, y cabe preguntarse si
ellos también están presentes en los conjuntos folclóricos. Para mí cada
persona que haya aceptado de manera consciente integrar un conjunto folclórico,
es porque asume una responsabilidad de folclorista, capaz de cuestionarse y
siempre luchar por poner en valor lo nuestro. Creo que no existe un esquema de
enseñanza para entregar folclor, no hay un listado de cosas que deban cumplir
los conjuntos folclóricos para desenvolverse. Como lo vimos los conjuntos nacen
como una respuesta de folcloristas, el conjunto folclórico en sí no es folclor,
es un medio y una visión de querer difundirlo. Los conjuntos son recientes si
lo comparamos a nuestra vida republicana.
En nuestro conjunto, ante esta disyuntiva de cómo
expresarnos, sin ser inconsecuentes con esta reflexión, hemos optado por la
libertad informada, quizás por ser más jóvenes tendremos una lucha constante
con aquellos folcloristas antiguos que indican que las cosas deben hacerse a la
manera que ellos vivieron, claro, nadie puede contradecirlos, es su manera de
ser y son sus experiencias, respetadas y valoradas, pero que no hablan de mí,
tampoco de mis experiencias. Cada persona puede aportar con su propia realidad,
porque esa realidad también posee un fondo y una razón que lo argumenta según
sus propias tradiciones, nosotros decidimos tomar eso y exponerlo.
¿Cómo?
Hemos establecido ponernos como objetivo cultivar el folclor
a partir de la investigación de la raíz, la difusión de nuestras costumbres y
la innovación de la música con creaciones propias. Aquello también reflejado en
nuestra manera de vestir. Quisimos sacarnos la carga de representar a un
campesino, sin ser parte de esa experiencia, la mayoría de nosotros hemos
crecido en la ciudad, nos resultaba ilógico querer mostrar algo que no nos
identifica y no darnos cuenta que nosotros mismos poseemos una riqueza que
también tiene el derecho de ponerse en valor, por eso decidimos sacarnos los
uniformes, pero que cada uno pueda ir bien vestido, usando nuestra mejor
vestimenta. Así también queremos reconocer la versatilidad como un valor de la
diversidad, que además funciona como incentivo cultural, respetamos nuestras
tradiciones, pero rechazamos las mentalidades conservadoras. No estamos de
acuerdo en que el folclor se muestre como una pieza de museo, consideramos que
el folclor es vivo y cambiante, porque nosotros mismos cambiamos. Muchas veces
nos cuesta reconocer esta situación, sin embargo, lo que muchos establecen como
folclor auténtico de nuestra patria en un tiempo no lo fue. Como el baile de la
Sajuriana, “según José Zapiola, la
sajuriana llegó a Chile desde Cuyo traída por el Ejército Libertador, en
1817. Conocida también como secudiana, sejuriana o sajuria, obtuvo popularidad
hacia 1840, pasando de salones aristocráticos, en sus inicios,
a chinganas, centros mineros y campesinos” (7). Las autoridades independentistas consideraron en aquel
entonces que Chile no poseía identidad folclórica y era necesario traer desde
varias partes estos bailes, y desde entonces aquellos cantos y danzas pasan por
un proceso de folclorización (8), donde son reconocidas con el tiempo como parte
del folclor chileno. Es imposible querer luchar contra estos procesos de cambio
y adaptación, son variados los ritmos musicales y danzas que se han impregnado
en nuestra sociedad. No queremos decir que debemos mostrar de todo, por lo
mismo propusimos como objetivo cultivar el folclor a partir de la investigación
de la raíz. Hay que saber lo que hacemos.
En cuanto a la innovación de la música con creaciones
propias, lo propusimos primero como un método de aprendizaje para poner en
práctica los conocimientos adquiridos. Segundo para dejar huella de nuestras
experiencias, preocupaciones y necesidades, y con eso, traspasar nuestros
conocimientos a las generaciones futuras. Por último, incentivar las artes para
enriquecer nuestra cultura, que es la que nos permite pensar, reflexionar y
mostrarnos como individuos dentro de una sociedad. Queremos dejar siempre abierta
la posibilidad de seguir argumentando nuestra postura, porque nunca
terminaremos de entenderlo todo, tampoco es nuestro objetivo final, sino más
bien disfrutar de aquel proceso.
(1) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen al Dúo Rosa Colorada el día 1 de junio de 2014. El dúo se compone por Marianella Prado y Alejandro Faúndez, la entrevista se realizó en su casa ubicada en la cuesta Colorada comuna de Hualañe.
(2) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Patricia Chavarría el día 18 de octubre de 2014. Es directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero, la entrevista se realizó en Concepción.
(3) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Pedro Valdés, trabajo presentado en el Centro de Extensión UCM Curicó con el título “Conjunto Kiñewen y sus cultores” noviembre 2012.
(4) Información extraída de la página del Conjunto Cuncumén, www.cuncumen.scd.cl, cuya cita se toma de su biografía.
(5) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, Huasos Chincolco.
(6) "Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17
(7) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, La Sajuriana.
(8) Folclorización, el proceso del folclor chileno es dinámico. A lo largo de la historia ha ido asumiendo distintas manifestaciones de otras tierras, haciéndolas suyas e incorporándolas a la tradición. Si se es riguroso, la única música propia a nuestro territorio, es aquella interpretada por los pueblos originarios. Toda la otra música chilena ha sido adquirida, folclorizada. Información extraída de la página web Memoria Chilena, www.memoriachilena.cl.
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