martes, 25 de noviembre de 2014

Entonces ¿qué es el folclor?

“Entonces ¿qué es el folclor?” (José Gutiérrez)


Marianella Prado nos dijo,” para mí el folclor es esto, todo lo que hacemos, yo hago folclor todo el día, toda mi vida es folclor, estoy cocinando, estoy prendiendo el fuego, todo es folclor, todo lo que se rescata de lo nuestro, nuestra vivencia diaria es folclor” (1). Según Patricia Chavarría eliminó la palabra folclor, por ser una palabra demasiado manoseada y mal utilizada, prefiere referirse a ello como cultura tradicional o patrimonio intangible, comenta que a través de la historia de la humanidad, este va adquiriendo experiencias que dan respuesta a sus interrogantes, que son respuestas estéticas, espirituales, prácticas, y esas respuestas que se han mantenido a través de la historia son la tradición (2). Don Pedro Valdés dijo “lo más hermoso es sacarle la información a las personas, a los antiguos, o si no se mueren y se guardan la información…el folclor se transmite de padre a hijo o de generación en generación” (3).

Si algo podemos quedar de acuerdo es que el folclor es lo mismo que el pueblo, lo que somos y lo que fuimos. Es indiscutible que cuando nos referimos a folclor es porque queremos expresar algo propio de nosotros mismos, que tiene sentido dada las razones que se fueron argumentando con el tiempo. Si depuramos mucho más el significado podremos acordar que todo se enmarca en dar respuesta a una necesidad, pero ¿qué es lo valioso? Que en esas respuestas surgen las experiencias y que de manera espontánea se traspasan por generaciones.Entonces…podemos darle sentido a nuestra manera de hablar, a la manera de tomar el tenedor para comer, a la manera de mirar el cielo, a la manera de conversar sobre lo que nos preocupa, a la manera de compartir con nuestra familia. Pero si decimos que el folclor son las experiencias de un pueblo, estamos diciendo que dependerá de la experiencia, y si cada pueblo, cada persona tiene una experiencia distinta ¿podemos definir cuál es nuestro folclor? Quizás para lograr ello debemos reunir todas las experiencias, cosa que sería imposible, entonces el folclor tendrá características distintas dependiendo de quién lo mire, no existe una verdad absoluta, solo podremos hablar de aquello que conocemos, de nuestras propias experiencias.

 Y ¿qué son los conjuntos folclóricos?

Estando hace varios años integrando un conjunto folclórico he tratado de darle sentido. Tal vez haya que rebuscar la historia para entenderlo. Como se tiene registro uno de los primeros conjuntos folclóricos es Cuncumén fundado en la década del 50, al alero de grandes folcloristas como Violeta Parra y Margot Loyola. Ellos mismos manifiestan que Cuncumén “es un conjunto de proyección folklórica dedicado a la recopilación, estudio y difusión de los cantos y danzas de la región central de Chile. En la proyección de los cantos y danzas de la tradición, conserva el fondo pero modela la forma, dando paso así a la creación y, al mismo tiempo, respetando la raíz” (4). Antes de que aparecieran los conjuntos ¿qué había? Habían cantoras, dúos, que exponían su canto en las tradiciones campesinas, sin embargo, no hay que olvidar los cuartetos, que nacieron previo a los conjuntos folclóricos. El primero de ellos son los Huasos Chincolco, formados en la década del 20. “El nacimiento de este conjunto tiene que ver más con necesidades de espectáculos que con la búsqueda de expresiones folclóricas. En los años '20, según explica el musicólogo Juan Pablo González en Historia social de la música popular en Chile, Santiago era "una ciudad de medio millón de habitantes, muchos de ellos inmigrantes provincianos y campesinos, que constituían un mercado potencial para la música campesina en la ciudad". Para ellos, sin embargo, no existía forma de ver o escuchar cuecas y tonadas. Ante esa carencia, en 1922 surgieron Los Huasos de Chincolco, que tomaron su nombre de una localidad al interior del valle del Aconcagua” (5). Es aquí donde se manifiesta el folclor como espectáculo, donde toman el mismo repertorio de las cantoras campesinas para llevarlo a escena basados en la indumentaria huasa, aclarando eso sí, que ellos no lo eran.

¿Por qué son necesarios los conjuntos folclóricos? ¿Qué se pierde si desaparecen?

A esta discusión hay que sumarle el hecho de que como sociedad hemos cambiado nuestras necesidades y que cada vez son necesidades globalizadas, con ello se ha sufrido bruscamente el traspaso de las experiencias. Siempre fueron nuestros padres quienes nos daban las herramientas para enfrentarnos al mundo, hoy son los hijos quienes deben enseñar a sus padres para adaptarse a estos cambios. Muchas de las tradiciones fueron perdiendo el sentido, porque los problemas son otros, aunque el problema no son los problemas. El problema es que se está dando la misma solución para todos, y ¿qué pasa con eso? Comienza a debilitarse nuestra identidad, cada vez nos parecemos más, y la riqueza de nuestro folclor es la diversidad, la diferencia, lo propio.

Entonces aparecen los conjuntos folclóricos para poner en valor aquello que es nuestro, como escuelas del conocimiento informal basados en las experiencias del pueblo. Capaces de unirse para salir a buscar la riqueza de ese conocimiento y poder enseñarlo para que de esta manera, no se quiebre la cadena de sabiduría que traspasan los pueblos a través de generaciones.

Ahora bien ¿de qué manera se realiza esa búsqueda y esa enseñanza para darla a conocer?

“Todas las acepciones todas las tareas concernientes al folclore emanan de una percepción e interpretación de una realidad: de la cultura folclórica, que en oportunidades anteriores el autor ha denominado folklore-vida (Dannemann, 1975, p.24). Ella está compuesta por conductas habituales que funcionalmente efectúan personas de todos los grupos humanos como muy propias de éstos, no para exhibirlas ante un público si no que para satisfacer sus necesidades espirituales y materiales en su ambiente, siguiendo tradiciones muy representativas de su identidad…La proyección, en un sentido estricto, se circunscribe a la difusión, a la mostración  de expresiones folclóricas, casi siempre coreográficas y musicales con o sin  complementación escenográfica, por parte de una o más personas, lo que en alguna  medida podría considerarse imitación de la cultura folclórica hecha con mayor o menor acierto…Aquí es oportuno diferenciar entre el cultor y el llamado interprete: el primero vive el folclore como un elemento de su tradición cultural, de su realidad de ser; en cambio, el segundo lo utiliza desde un propósito de placer anímico hasta un fin de lucro, para presentarlo a un público que, por lo común, piensa que el folclore es algo curioso, pintoresco, quizás ingenuo o trivial.”(6)

Este extracto de la Enciclopedia del Folclore de Manuel Dannemann, nos muestra la diferencia y lo cuidadoso que hay que ser al momento de querer entregar folclor. Para mí esta diferencia la pude ver con Mauricia Saavedra, cantora campesina de Sagrada Familia, quien junto a Chincolito de Rauco y Jorge Castro compartieron el canto a lo divino en un escenario. Ellos constantemente realizan vigilias para cantarle a la fe espiritual y enlazar lo trascendental con lo terrenal, buscando las fechas religiosas que responden a esa necesidad, y como un rito lo comparten con todos aquellos que estén interesados, y en esta oportunidad eligieron una fecha especial y realizarlo en un escenario, haciendo lo mismo que hacen cuando se juntan en alguna casa o en alguna capilla para cantar a lo divino. Se rogó no aplaudir y respetar con el silencio, además todo estaba cargado del simbolismo, siendo cautos en poner lo esencial, solo lo que necesitaban para realizar esta costumbre. En esta muestra se pudo convivir con aquella tradición, que dejó de lado el sentido de espectáculo. No importaba si al público le gustaba o no, ellos querían únicamente compartir esa necesidad espiritual, que por lo demás tiene una tradición de siglos. Entonces, podemos acordar que lo que se expuso fue folclor, porque no estaban representando a nadie, ellos mismos se mostraban, además si eso mismo se realizara en cualquier fecha hubiera perdido el contexto y el sentido, porque dejaría de ser necesario. Cosa distinta es la proyección folclórica, que dada estas reflexiones no nos muestra folclor, y en eso hay que ser claros y francos, ya que muchas veces nosotros mismos nos engañamos argumentando que por el simple hecho de ponernos un traje de huaso estamos dando a conocer el folclor. Hay que ser responsables en estos términos para no entregar de manera equivocada el conocimiento, porque el que los conjuntos folclóricos se expongan en un escenario les da un carácter público, una herramienta potente para llegar al pueblo. Aclaro que no estoy en desacuerdo con la proyección folclórica, al contrario, es fundamental que se exponga, pero argumentando que no exponen folclor, ponen en valor hechos folclóricos que al ser llevados al escenario toman lo esencial, pero de ninguna forma reemplazan las tradiciones, es una manera muy didáctica de enseñar reconociendo que el contexto y las necesidades fueron cambiados.

¿Hay más maneras de enseñar folclor?

Por naturaleza el folclor es transmitido dentro de nuestras familias, sin embargo, esta actitud resulta inconsciente dentro de nuestras vidas, porque lo consideramos común y cotidiano. Aparecen entonces los estudiosos del folclor, que por el simple hecho de tomar consciencia que existe un valor en algo que se haya reconocido como propio, podemos denominarlo un folclorista, claro que cada uno deberá definirse en qué medida logra aportar más a este registro del conocimiento. Entonces, hay varias de maneras de enseñar folclor, como los mismos folcloristas, que pueden abordar la cuestión desde cualquier medio que se les sea posible imaginar, y cabe preguntarse si ellos también están presentes en los conjuntos folclóricos. Para mí cada persona que haya aceptado de manera consciente integrar un conjunto folclórico, es porque asume una responsabilidad de folclorista, capaz de cuestionarse y siempre luchar por poner en valor lo nuestro. Creo que no existe un esquema de enseñanza para entregar folclor, no hay un listado de cosas que deban cumplir los conjuntos folclóricos para desenvolverse. Como lo vimos los conjuntos nacen como una respuesta de folcloristas, el conjunto folclórico en sí no es folclor, es un medio y una visión de querer difundirlo. Los conjuntos son recientes si lo comparamos a nuestra vida republicana.

En nuestro conjunto, ante esta disyuntiva de cómo expresarnos, sin ser inconsecuentes con esta reflexión, hemos optado por la libertad informada, quizás por ser más jóvenes tendremos una lucha constante con aquellos folcloristas antiguos que indican que las cosas deben hacerse a la manera que ellos vivieron, claro, nadie puede contradecirlos, es su manera de ser y son sus experiencias, respetadas y valoradas, pero que no hablan de mí, tampoco de mis experiencias. Cada persona puede aportar con su propia realidad, porque esa realidad también posee un fondo y una razón que lo argumenta según sus propias tradiciones, nosotros decidimos tomar eso y exponerlo.

 ¿Cómo?

Hemos establecido ponernos como objetivo cultivar el folclor a partir de la investigación de la raíz, la difusión de nuestras costumbres y la innovación de la música con creaciones propias. Aquello también reflejado en nuestra manera de vestir. Quisimos sacarnos la carga de representar a un campesino, sin ser parte de esa experiencia, la mayoría de nosotros hemos crecido en la ciudad, nos resultaba ilógico querer mostrar algo que no nos identifica y no darnos cuenta que nosotros mismos poseemos una riqueza que también tiene el derecho de ponerse en valor, por eso decidimos sacarnos los uniformes, pero que cada uno pueda ir bien vestido, usando nuestra mejor vestimenta. Así también queremos reconocer la versatilidad como un valor de la diversidad, que además funciona como incentivo cultural, respetamos nuestras tradiciones, pero rechazamos las mentalidades conservadoras. No estamos de acuerdo en que el folclor se muestre como una pieza de museo, consideramos que el folclor es vivo y cambiante, porque nosotros mismos cambiamos. Muchas veces nos cuesta reconocer esta situación, sin embargo, lo que muchos establecen como folclor auténtico de nuestra patria en un tiempo no lo fue. Como el baile de la Sajuriana, “según José Zapiola, la sajuriana llegó a Chile desde Cuyo traída por el Ejército Libertador, en 1817. Conocida también como secudiana, sejuriana o sajuria, obtuvo popularidad hacia 1840, pasando de salones aristocráticos, en sus inicios, a chinganas, centros mineros y campesinos” (7). Las autoridades independentistas consideraron en aquel entonces que Chile no poseía identidad folclórica y era necesario traer desde varias partes estos bailes, y desde entonces aquellos cantos y danzas pasan por un proceso de folclorización (8),  donde son reconocidas con el tiempo como parte del folclor chileno. Es imposible querer luchar contra estos procesos de cambio y adaptación, son variados los ritmos musicales y danzas que se han impregnado en nuestra sociedad. No queremos decir que debemos mostrar de todo, por lo mismo propusimos como objetivo cultivar el folclor a partir de la investigación de la raíz. Hay que saber lo que hacemos.

En cuanto a la innovación de la música con creaciones propias, lo propusimos primero como un método de aprendizaje para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Segundo para dejar huella de nuestras experiencias, preocupaciones y necesidades, y con eso, traspasar nuestros conocimientos a las generaciones futuras. Por último, incentivar las artes para enriquecer nuestra cultura, que es la que nos permite pensar, reflexionar y mostrarnos como individuos dentro de una sociedad. Queremos dejar siempre abierta la posibilidad de seguir argumentando nuestra postura, porque nunca terminaremos de entenderlo todo, tampoco es nuestro objetivo final, sino más bien disfrutar de aquel proceso.



(1) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen al Dúo Rosa Colorada el día 1 de junio de 2014. El dúo se compone por Marianella Prado y Alejandro Faúndez, la entrevista se realizó en su casa ubicada en la cuesta Colorada comuna de Hualañe.
(2) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Patricia Chavarría el día 18 de octubre de 2014. Es directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero, la entrevista se realizó en Concepción.
(3) Entrevista realizada por el Conjunto Kiñewen a Pedro Valdés, trabajo presentado en el Centro de Extensión UCM Curicó con el título “Conjunto Kiñewen y sus cultores” noviembre 2012.
(4) Información extraída de la página del Conjunto Cuncumén, www.cuncumen.scd.cl, cuya cita se toma de su biografía.
(5) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, Huasos Chincolco.
(6) "Enciclopedia del Folclore de Chile", Manuel Dannemann, Editorial Universitaria, 1998, pág. 17
(7) Información extraída de la página web Música Popular, www.musicapopular.cl, La Sajuriana.
(8) Folclorización, el proceso del folclor chileno es dinámico. A lo largo de la historia ha ido asumiendo distintas manifestaciones de otras tierras, haciéndolas suyas e incorporándolas a la tradición. Si se es riguroso, la única música propia a nuestro territorio, es aquella interpretada por los pueblos originarios. Toda la otra música chilena ha sido adquirida, folclorizada. Información extraída de la página web Memoria Chilena, www.memoriachilena.cl.



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