martes, 18 de marzo de 2014

Vestimenta o Disfraz

Dos personas vestidas con traje de bombero, donde la única diferencia es que uno es bombero. Con este ejemplo quiero partir mi reflexión, pero no quiero enfocar la atención a si corresponde el traje con respecto  a lo que se plantea hacer, no voy a hacer un cuestionamiento al uso, ni a la necesidad, ya de hace mucho el hombre optó por cubrir su cuerpo del medio al que se ve enfrentado. Mi reflexión quiere ir al origen del conflicto, de si estamos ligados al sentido y a la razón.
               
Podríamos comenzar con la pobreza, si tomamos en consideración que la pobreza no habla del dinero, el problema con la pobreza siempre ha sido porque impide elegir. Chile fue un país pobre, donde se tuvo que adoptar por modelos de poca elección, entonces era el Estado quien elegía el bien del pueblo, y con ello la razón de nuestras prendas de vestir,” es lo que hay”. Hoy la realidad es muy distinta, somos considerados un país en crecimiento económico, que junto con un modelo de libre comercio ahora es el pueblo quien debe elegir responsablemente. Aunque también esa elección libre es hasta cierto punto, son las grandes multinacionales quienes nos entregan la oferta, además crean nuevas necesidades para una sociedad consumista del cambio, donde fácilmente podemos caer en la vanidad suelta y en la mala copia extranjera, nublarnos por la aceptación sin cuestionarnos nada. Es aquí cuando el tema del vestir deja de ser una necesidad, por lo que hoy el vestir se nos plantea como expresión de nuestro pensamiento, es parte del lenguaje que usamos para comunicar.


Toda prenda de vestir tiene un significado histórico, un uso claro del contexto donde fue creada, e inevitablemente cada prenda carga con ese significado, no podemos cegarnos de que todo tiene una razón, es nuestro deber tener que cuestionarnos por el sentido que tiene para nosotros. Ciertamente podríamos tener una visión más ligera del asunto y buscar el romanticismo de alguna representación, algo directamente extraído de otro lugar, sin perder consciencia  de su origen y de la razón de usarlo, aunque finalmente sigue siendo una representación. Al momento que sepamos que lo que usamos no nos pertenece y nos hace sentir ridículos, estaremos usando un disfraz, y no voy en contra de los disfraces, yo escojo valorar el sentido de mi vida, darle una razón, y claramente los disfraces buscan quitarle el sentido a las cosas, aunque muchas veces nuestras decisiones puedan estar equivocadas siempre van a ser nuestras decisiones. No me gustaría vivir en un mundo falso sin sentido donde todos usemos caretas, hay mucha disconformidad y angustia por querer representar algo que no somos. Voto por la razón de nuestras consciencias expresadas en un lenguaje propio.

José Gutiérrez

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